¿Por dónde empiezo? Las claves para construir una casa fuera de la ciudad

¿Por dónde empiezo? Las claves para construir una casa fuera de la ciudad

Las nuevas condiciones de teletrabajo y estudio a distancia ofrecen la posibilidad de trasladarse a sectores periurbanos o rurales, privilegiando mayor número de metros cuadrados y espacios al aire libre, en medio de la pandemia. Elegir un sector de fácil acceso y verificar las condiciones y aspectos legales del terreno serían algunas de las recomendaciones.


Debido a las nuevas condiciones de teletrabajo y estudio a distancia, muchas personas están privilegiando contar con un mayor número de metros cuadrados y espacios al aire libre en el hogar, trasladándose a casas en sectores periurbanos o sectores rurales, en medio de la pandemia.

“Durante el 2020”, dice el director de la carrera de Ingeniería en Construcción de la Universidad Mayor sede Temuco, Carlos Berner, “el sector inmobiliario en Chile vio una fuerte caída en sus ventas. Sin embargo, la categoría de casas tuvo un leve crecimiento en ventas con respecto al 2019”.

Todo indica que esta tendencia no se detendrá, como tampoco lo hará el número de personas que deciden alejarse del área urbana, para construir la casa de sus sueños. Pero, antes de hacerlo, deben tomar en cuenta algunas consideraciones.

Una de ellas, precisa el experto, sería elegir un sector que tenga fácil acceso y tránsito fluido hacia el sector urbano de servicios. Luego –complementa– verificar las condiciones del terreno.

Es decir, que no sea un sector inundable, que el suelo tenga una adecuada capacidad de soporte para edificar y verificar la disponibilidad y/o factibilidad de servicios básicos, sobre todo agua potable y electricidad. “Normalmente, en terrenos rurales se debe considerar una solución particular de alcantarillado. Hoy, evidentemente, se hace muy relevante también la factibilidad de conexión a internet”, agrega Berner.

Por último, es fundamental verificar los aspectos legales en torno al terreno que se adquirirá. “En sectores rurales, la superficie mínima de subdivisión es de 5.000 m2. En nuestra región, es importante confirmar, además, que no se trate de tierras indígenas, ya que éstas no se pueden enajenar, salvo que ambas partes –vendedor y comprador– tengan tal calidad y pertenezcan a una misma etnia. Se debe hacer un acabado estudio de títulos, para asegurarse que todo esté en orden y no tener problemas posteriores”, asegura el experto.

Es por esto que, antes de comprar, es fundamental asesorarse con profesionales del área de la construcción en torno a los aspectos técnicos y con un abogado en relación a los aspectos legales.

Emplazamiento y diseño

Lo que sigue, tras concretar la compra, es realizar el diseño de la vivienda asesorado por un arquitecto. “Se debe elegir muy bien el emplazamiento, verificando que se ubique en un sector no inundable del terreno y orientando correctamente con respecto al sol, con los recintos habitables hacia el lado norte. Se deben definir aquí, además, los caminos interiores, vehiculares y peatonales. El arquitecto también tramita el permiso de construcción”, explica.

Luego, se debe contactar a una empresa constructora, verificando su confiabilidad y calidad en la construcción, para lo cual se recomienda conocer la experiencia y grado de satisfacción de clientes anteriores.

Esta empresa entregará un presupuesto por la construcción completa, que servirá para conseguir el financiamiento bancario de autoconstrucción, en caso de ser necesario. La constructora también puede asesorar en torno a los sistemas constructivos y materiales más adecuados, complementando las especificaciones técnicas entregadas por el arquitecto, en acuerdo con éste.

Sobre cuándo comenzar con la construcción, Berner añade que puede ser en cualquier época del año, pero es preferible iniciar en primavera o verano. “Esto permitirá terminar la obra gruesa e instalar la cubierta, previo a la temporada de lluvias, pudiendo trabajar sin problemas al interior de la vivienda. Además, para el correcto fraguado de los hormigones –usados al menos en las fundaciones– se necesitan ciertas temperaturas mínimas”, aclara.

Lluvia y materiales de construcción

Para el especialista es importante considerar las condiciones de lluvia en la Región, para lo cual es importante diseñar techumbres con una pendiente adecuada y con el traslape necesario entre las planchas que se estén utilizando, todo de acuerdo a las recomendaciones del fabricante.

En este sentido, “si bien las casas mediterráneas tienen una gran aceptación, es recomendable tener aleros importantes en esta zona, en especial en el lado norte, que protegerán los mismos materiales de revestimiento y eventuales filtraciones de agua, a través de ventanas muy expuestas. Además, un alero bien diseñado protege del sobrecalentamiento interior por asoleamiento en verano. Otra opción frente a esto es instalar celosías –tipo visera– en cada ventana”, advierte.

Además, Berner dice que se debe asegurar un adecuado confort higrotérmico dentro de la vivienda, para lo cual es fundamental un correcto aislamiento de la envolvente: techumbre, muros-ventanas y piso. “En el mercado existen aislantes térmicos de diversas características, calidades y precios. Lo importante es tener un correcto diseño y respetar, al menos, los espesores mínimos de acuerdo a normativa, además de eliminar los puentes térmicos”, recomienda.

Un aspecto que deberían contemplar quienes se embarcan en esta aventura, es la disponibilidad de los materiales de construcción, ya que “nos encontramos en una situación de menor producción y una alta demanda, lo que se traduce en dos efectos: falta de stock y aumento en los precios, este último presionado también por el mayor costo de transporte y el alza en los commodities –acero, cobre, madera­– que afectan de sobre manera el precio de los materiales de construcción. Pero, se espera que esta situación tienda a normalizarse hacia fines de año”, precisa Berner.

Más barato que la ciudad

Una de las razones que se esgrimen al momento de tomar esta decisión es que es más barato comprar en el campo que en la ciudad, y esto ocurre porque los terrenos rurales están más alejados de los sectores de servicios, como transporte, comercio, educación, y salud, y tienen un menor equipamiento, por lo tanto, tienen una menor plusvalía.

“Esto hace que el valor por m2 de superficie sea menor que en la ciudad”, indica el experto U. Mayor. Sin embargo, “se deben evaluar varios aspectos al momento de la decisión. Por ejemplo, los tiempos de viajeque implica el estar más alejados (y los costos asociados). Otro tema importante son los costos asociados a la urbanización, adecuación y mantenimiento del terreno, que de seguro serán mayores que para un lote urbano. Están los costos del sistema particular de alcantarillado y, en ocasiones, de empalme eléctrico y arranque de agua potable; y el generar los senderos interiores y el construir y mantener grandes superficies de áreas verdes”, finaliza.