Las opciones son múltiples, desde reutilizar la ropa vieja hasta gestionar los residuos orgánicos, a través del compost. “Estos proyectos de reciclaje son entretenidos, de largo plazo y sirven para conversar en familia sobre la importancia del cuidado del planeta”, dice Alexis Acuña, arquitecto del Centro Tecnológico Territorio Mayor.

En el mundo, la cantidad de basura —lejos de reducirse— aumenta año tras año. No basta con tirarla a una bolsa y esperar que el camión la lleve a un vertedero, donde amenaza al medioambiente y a la salud de las personas. Pero, ¿qué podemos hacer para revertir esta situación?

Una respuesta a esta problemática es el reciclaje casero, que en tiempos de coronavirus permitiría generar proyectos familiares de gran beneficio para el planeta.

“Además de separar basura, podemos reciclar muebles o ropa vieja, ya sea reutilizando las telas o la lana de una chomba. Lo significativo es que la suma de lo que hagamos nos beneficiará a todos”, dice Alexis Acuña.

Para el arquitecto del Centro Tecnológico Territorio Mayor, una de las principales ventajas del reciclaje casero sería la optimización del uso de los recursos naturales, cada vez más escasos.

Asimismo, permitiría disminuir las emisiones de gases por efecto invernadero que contribuyen al cambio climático, evitar la contaminación causada por la extracción y procesamiento de materiales y generar conciencia sobre el cuidado del planeta en niños, niñas y adolescentes.   

“Reciclar no es solo la acción, también son los diálogos y el aprendizaje que se generan. Cuando haces compost, cuando reciclas tu ropa, cuando separas residuos, se convierte en un tema de educación”, agrega el profesional.

¿Cómo reciclar en casa?

Según indica Alexis Acuña, el primer paso sería plantearse un proyecto familiar. “Con cajas de leche Tetra Pak, por ejemplo, podemos hacer casitas para pájaros. La idea es que elementos que generalmente se desechan pueden tener un nuevo uso”, sostiene.

Por lo mismo, “antes de desechar algo piensa en qué se puede convertir o aprovechar. Y si consideras que ya no puedes transformarlo, pasamos a una siguiente categoría, al reciclaje de basura”, añade.

Para ello se necesitan contenedores para depositar plástico, vidrio, papel y materia orgánica. “Los contenedores pueden ser chicos, depende del espacio que tengamos. Pero, ¿qué hacemos después de reciclar? Como no contamos con un sistema que recoja el plástico un día y el papel otro, podemos llevarlos, cada una o dos semanas, a puntos verdes, que están más cerca de lo que uno imagina. Es una buena práctica”, asegura.

Compost

“El compost es un material orgánico nutritivo que se puede hacer en casa y que sirve como fertilizante para áreas de jardines, paisajismo, etcétera”, explica el arquitecto de Territorio Mayor.

Para comenzar es necesario determinar en qué rincón del patio se instalará el contenedor de compost. “No debe ser hermético o demasiado cerrado, pero si es así, hay que hacerle perforaciones, sobre todo en la parte baja, porque lo que necesitamos es que su contenido vaya pudriéndose y para eso necesitamos aire”, aclara.

Una vez instalado el contender se hace una base con ramas, la que soportará las capas que irán sucediéndose entre hojas, ramas y pasto seco y residuos orgánicos como cáscaras de papa y de huevo y restos de frutas y verduras. Ambas deben cubrirse con tierra, para favorecer la humedad y evitar los malos olores.

Los resultados se ven entre los tres  y los cinco meses, dependiendo en la temporada en que comenzó el proyecto, ya que el calor apresuraría la descomposición, mientras que el frío retrasaría el proceso. “Lo importante es tener paciencia, y saber que podemos almacenar el compost una vez listo en bolsas herméticas para ocuparlo cuando queramos”, concluye Alexis Acuña.