EDUCACIÓN//Eliminar la repitencia escolar: una forma de aminorar los daños en medio de la pandemia

El director regional académico de la U. Mayor sede Temuco, Alejandro Ducassou, asegura que no se puede evaluar bajo los mismos parámetros si las clases se hicieron fuera del aula, con medios y contextos distintos.  “Se pierde el espacio democrático” de la sala, aseguró.

 

Las clases presenciales de enseñanza básica y media dejaron de impartirse en marzo pasado y desde entonces los docentes y los alumnos han debido extremar recursos para poder llevar adelante el proceso educativo, principalmente vía internet.

Es por esto que se estudia la eliminación de la repitencia escolar para el ciclo 2020, iniciativa que para Alejandro Ducassou, director académico de la U. Mayor sede Temuco y magíster en neurociencias de la educación, es la opción adecuada ante el inédito contexto vivido este año.

“El actual escenario ha retado al sistema educacional, ha significado transferir de manera rápida, sin tiempo para preparación previa y sin un conocimiento profundo en el uso de las plataformas digitales, el trabajo escolar de estudiantes y docentes al entorno virtual”, afirma, junto con agregar que la brecha entre las opciones -a veces nulas- de conexión a internet de los estudiantes profundizan el problema.

Ducassou advierte que “las herramientas digitales pueden ser muy importantes como estrategia eficiente”, pero que el currículo está hecho para ser implementado en aula. El canal de TV creado por el Ministerio de Educación para llegar a más niños y jóvenes con los contenidos no alcanza para cubrir todas las necesidades.

“Es preciso comprender que la eliminación de la repitencia es una obligación moral porque la escuela como espacio democrático para aprender hoy está ausente. Una escuela, liceo o colegio, con todos sus atributos y carencias es un espacio democrático que permite dar a sus estudiantes las mismas condiciones para aprender”, afirma el director académico.

La actual modalidad virtual, según Ducassou, pone en evidencia que “en cada hogar existen diferencias para asegurar el uso de espacios adaptados para el aprendizaje, el acceso a recursos tecnológicos, estabilidad en la conectividad, complejidad para dar apoyos pedagógicos y emocionales a los estudiantes y  la tranquilidad necesaria para una activación eficiente de los sistemas de atención y de memoria, dos procesos cognitivos fundamentales al momento de aprender”.

“No tenemos certezas acerca de qué están aprendiendo nuestros estudiantes y con qué profundidad y consolidación lo están haciendo. No sabemos cómo funcionará la misma planificación, las mismas unidades y contenidos, los mismos instrumentos de evaluación puestos en acción en un espacio diferente al cual se suman estados de ansiedad y angustia frente a lo desconocido” sostiene.

Ante la contingencia Ducassou propone que junto a suprimir el repetir de curso, el Ministerio de Educación revise minuciosamente los futuros currículos para subsanar las deficiencias que deje el actual ciclo.

 

“Será necesario reformular el currículo para los años 2021 y 2022 orientado a remirar las priorizaciones curriculares y asegurar el logro del desempeño escolar. Esta es una tarea extraordinariamente sensible que tiene el riesgo de sobredimensionar el academicismo de las escuelas. Será necesario incluir con fuerza en la priorización de los aprendizajes los espacios educativos asociados a la actividad física, la música y las artes, disciplinas hasta hoy de segunda categoría en el imaginario colectivo social, pero claves para reestablecer el bienestar emocional de niños y niñas. Sin bienestar emocional no es posible aprender”, concluyó.