APRENDIZAJE//Educación y coronavirus: ¿Qué implica este periodo fuera de las aulas?

Alejandro Ducassou, director regional académico de la Universidad Mayor, destaca que la implementación de estrategias virtuales de aprendizaje es un reto para estudiantes y profesores y pide flexibilidad en un futuro escenario de retorno a lo presencial.

Este periodo de cuarentena obligó a estudiantes de todo el país a permanecer en sus hogares y a los establecimientos a cerrar sus puertas. Un gran número de escuelas, colegios y universidades han optado por educación a distancia a través de plataformas virtuales y diversos recursos educativos con el fin de salvaguardar los aprendizajes planificados para este año.

Además, el debate por el retorno o no a clases el 27 de abril, cuando finalicen las vacaciones de invierno decretadas anticipadamente por el ministerio de Educación para los escolares, es otro elemento a considerar en esta etapa de aprendizajes virtuales poco planificados e incertidumbre en el retorno a las salas de clases.

De esta manera, tener presentes condiciones pragmáticas y emocionales en este nuevo escenario de aprendizaje es relevante. Aquí, Alejandro Ducassou, director regional académico de la Universidad Mayor y experto en neurociencia y educación, entrega sus recomendaciones.

Educación virtual

Para Ducassou, la autonomía es una de las variables importantes de este periodo. “Los aprendizajes requieren de tiempo para conocer, para apropiarse del conocimiento, para comprender, para reflexionar, para situar el nuevo conocimiento en diferentes escenarios y para asociar ese nuevo conocimiento con aprendizajes anteriores”, comenta.

“Estos ejercicios cognitivos demandan tiempo y la organización del tiempo es frecuentemente una de las mayores dificultades para los estudiantes de todos los niveles”, detalla.

Eso del lado de los estudiantes, pero para los profesores, lo virtual también es un reto. “Uno de los desafíos mayores ha sido capacitar a los docentes en el uso de estas herramientas tecnológicas que, si bien existen desde hace mucho tiempo, su uso, en términos operativos, era mayoritariamente desconocido”, comenta el director regional académico.

Un segundo desafío, apunta Ducassou, es entender que lo que se ha transferido al sistema virtual es en esencia la misma planificación de asignatura diseñada para ambientes presenciales.

“Esto genera dificultades cuando el desafío es alcanzar los resultados de aprendizaje comprometidos, porque un diseño de experiencia de aprendizaje presencial tiene diferencias importantes frente a un diseño de experiencia educativa virtual”, explica.

Además, el académico plantea que será necesario considerar factores de acceso a tecnología que puedan tener de forma desigual los estudiantes y también otros elementos asociados a diferencias en espacios para trabajar y concentrarse. 

Regreso a las aulas

Para Alejandro Ducassou, el proceso de retorno a las aulas será gradual y tomará tiempo. “Es difícil pensar que una vez levantado el estado de emergencia sanitaria 30, 40 o más estudiantes, sus familias y sus docentes tengan las confianzas necesarias para entrar en una sala de clases de 50 o 60 metros cuadrados”, señala.

Será un proceso lento pero necesario y en este desafío los docentes deberán generar los dispositivos necesarios para evaluar cuál ha sido la cobertura de conocimientos que se han podido desarrollar efectivamente y cuál es la profundidad de estos. “El sistema educativo deberá ser extraordinariamente flexible y reflexivo en este retorno”, enfatiza.

Asimismo, Ducassou señala la importancia de no tratar de normalizar la educación en el contexto en el que nos encontramos actualmente. Esto resultaría perjudicial para la salud mental de educadores y estudiantes.

Aprender es importante, pero los aprendizajes solo ocurrirán si las condiciones de salud mental de los estudiantes se encuentran garantizadas. Retornar a clases bajo un escenario de intento de normalización y con el objetivo prioritario de cumplir con todos los contenidos de un programa puede llevar a estudiantes y docentes a condiciones de estrés crónico que afecta la biología del aprendizaje, especialmente en los niños y niñas menores de 15 años”, finaliza.