SALUD MENTAL//Académico entrega recomendaciones para mejorar la convivencia familiar durante la cuarentena

Adecuar rutinas, construir nuevas normas y hacer buen uso de las tecnologías serían claves para ayudar a enfrentar el confinamiento en casa por la pandemia del nuevo Coronavirus, asegura el director de Psicología, Alexis Soto.

Con el avance de la pandemia del nuevo Coronavirus, la cuarentena se transforma en una de las medidas recomendadas y efectivas para evitar su contagio. Sin embargo, esto puede ocasionar estragos en la salud emocional de las personas, si no se toman las medidas necesarias para enfrentar la convivencia con el grupo familiar 24/7.

Alexis Soto, director de la carrera de Psicología de la Universidad Mayor sede Temuco, entrega algunas recomendaciones para sobrellevar esta situación, donde adecuar las rutinas, construir nuevas normas, ser más tolerantes y flexibles, y hacer buen uso de las tecnologías, serían claves.

 

1. Relaciones padres e hijos

Los niños requieren un proceso de ajuste, pues para ellos el tener a los padres en casa es sinónimo de vacaciones. Al descubrir que las cosas no son así, aparece automáticamente la frustración. Por lo mismo, es importante hablar con ellos y, sin ser excesivamente realistas, explicarles el contexto para organizar una realidad distinta, en donde se instalen nuevas rutinas útiles para todos.

Debemos evitar ser negativos y verbalizar lamentos o desagrados como: “Preferiría no estar aquí” o “estoy obligado a aguantarlos”. La flexibilidad ayuda en la medida que se mantenga una ruta estable de funcionamiento, desde que se levantan hasta que se acuestan.

 

2. Relaciones de pareja

Esta situación es más compleja, puesto que la pareja se nutre de la individualidad de cada quien. Las historias personales dan sabor al diálogo y permiten fluir dentro de un rango amplio de temáticas y áreas de interés. Al no existir este espacio, es probable que las relaciones puedan entrar en niveles de tensión más altos.

Es por esto que debe primar el respeto al otro. No es tiempo de cobrar deudas pasadas ni temas pendientes. Además, este tiempo requiere de una preparación anímica para ordenar la rutina familiar e integrarla con el teletrabajo, si fuera el caso, de manera que las tareas sean compartidas atendiendo a la demanda que cada uno tiene.

 

3. Relaciones familiares

Cada uno de nosotros presenta necesidades fisiológicas ya conocidas, pero además necesidades de corte afectivo y social. Las necesidades afectivas, por ejemplo, no solo apuntan a expresar y recibir afecto, sino también a espacios de soledad y reflexión, los que muchas veces pasan de manera inadvertida, pues se dan en el tránsito hacia el trabajo, en la compra del supermercado o en otra instancia que permite centrarnos y estar más conscientes de nosotros mismos.

La convivencia obligatoria inhibe estos espacios, puesto que la relación familiar lleva a que todos los espacios son comunes, por lo que los momentos de soledad y reflexión desaparecen, más en lugares pequeños en donde la coexistencia es aún más notoria.

 

¿Qué podemos hacer?

Un elemento importante es el autocuidado, cada persona necesita y requiere ciertas cosas que le son importantes y que le hacen bien (ejercicio, escuchar música u otra). Por lo que, en lo posible, se deben mantener o adecuar las rutinas, ya que al igual que los niños necesitamos estabilidad. Asimismo, debemos hacer buen uso de la tecnología. Lo ideal es regularse y mantener un estilo informado pero discreto.

Es importante, además, mantener los diálogos virtuales con familia y amigos, no necesariamente aumentarlos, pero si mantenerlos, la idea es estar tranquilo y dar tranquilidad. Otro elemento relevante es hacer la distinción entre los tiempos de estar juntos y los tiempos de estar separados, eso permite dar novedad al encuentro y hablar de las cosas que hemos hecho o descubierto estando solos.

Además, debemos ser más tolerantes y flexibles. No es tiempo de endurecer las normas y reglas, ni tampoco de flexibilizarlas, es tiempo de construir nuevas normas y tiempos que respondan a la ansiedad esperable que tenemos, a las preocupaciones que nos van apareciendo, pero también a los deberes y tiempos que tenemos como individuos y como familia.