Académico analiza factores que inciden en altas cifras de depresión en el sur del país

Un estudio del Grupo Cetep ubicó a La Araucanía entre las tres regiones que acumulan mayores números de licencias por trastornos del ánimo en la última década, junto a Los Lagos y Los Ríos. Componentes geográficos, elementos culturales y sucesos políticos recientes serían algunas de las causas, siendo las mujeres las más afectadas.


La Araucanía, junto a Los Lagos y Los Ríos, encabezan un estudio realizado por el Grupo Cetep sobre las regiones de Chile que presentan la mayor cantidad de licencias médicas por depresión en los últimos 10 años, siendo las mujeres las más afectadas.

El director de la carrera de Psicología de la Universidad Mayor sede Temuco, Dr. Alexis Soto, analizó los factores que hay detrás de estas cifras, identificando componentes geográficos, elementos culturales y sucesos políticos recientes, entre los principales.

“Hay teorías que dicen que en las zonas geográficas con menor luminosidad se tiende a presentar un mayor índice de trastornos de corte afectivo como la depresión”, explica el académico, agregando que esto se vincula, además, a las condiciones del país.

“Las características propias de Chile hacen que, efectivamente, la cultura nacional tenga una mirada respecto de la vida que tiende a ser un tanto más pesimista que en otros países latinoamericanos. Los chilenos tendemos a ser mucho más drásticos y nos cuesta disfrutar de la vida”, detalla el doctor en Psicología.

Asimismo, existe un tercer elemento vinculado a la historia y a sucesos políticos recientes. “Si mezclamos todos estos elementos, podemos explicar por qué en el sur de Chile tenemos una mayor tendencia a presentar estados depresivos”, sostiene el especialista.

Las más afectadas

El estudio revela que el 61% del total de las licencias médicas mentales corresponde a mujeres, elevándose a 65% en La Araucanía. Si bien hay factores hormonales que explican en parte la mayor incidencia, explica el Dr. Soto, existe un fuerte componente social vinculado a la gran sobrecarga de responsabilidades que tienen en su vida diaria.

“Desde pequeñas las mujeres son formadas en familias donde se les van asignando roles y responsabilidades respecto del ‘deber ser’ y, aunque hemos evolucionado bastante como sociedad, todavía existen ciertos roles y ciertas conductas asignadas a ellas, lo que hace que presenten un nivel de estrés temprano”, advierte.

“A ello se suma la presión social por tener que demostrar eficiencia en todos los roles, como pareja, madre, trabajadora, hija, etcétera, y cómo coexisten todos ellos. Entonces, cuando una mujer presenta altos niveles de ansiedad es absolutamente esperable por la carga social que tiene y cuando se presentan choques por no cumplir con las expectativas, efectivamente comienzan los problemas de ánimo, disminución de interés, de motivación y empiezan a aparecer elementos de corte depresivo”, asegura el especialista.