Entregan claves sobre aumento de casos de alergias, su diagnóstico y tratamientos

“Debemos aprender a reconocerlas para poder convivir con ellas sin que interfieran, o que lo hagan lo menos posible, en nuestras actividades cotidianas”, dicen la directora y el académico de la carrera de Enfermería de la sede Temuco, Mitzi Letelier y Wladimir Torres.


Según un estudio publicado en el año 2018, el registro de polen atmosférico en la ciudad de Temuco aumenta entre los meses de septiembre y marzo, incidiendo en la frecuencia de las rinitis alérgicas, causadas ―entre otros― por este polvo fino liberado por plantas y árboles, principalmente, en primavera.

Al respecto, Mitzi Letelier, directora de Enfermería de la Universidad Mayor sede Temuco, y Wladimir Torres, académico de la carrera, dicen que las alergias respiratorias han aumentado en las últimas dos décadas, principalmente por cambios ambientales y climáticos, afectando los recuentos de pólenes y la prevalencia de otros aeroalérgenos.

“Las alergias se exteriorizan cuando el cuerpo reacciona de manera excesiva a cosas que a la mayoría de las personas no les provocan problemas. Dichas cosas se llaman alérgenos. La reacción excesiva del cuerpo a los alérgenos es lo que provoca los síntomas”, explican los docentes, agregando que “la condición de ser alérgico se denomina atopia y se refleja a nivel de laboratorio, a través de la determinación de sensibilización de tipo IgE”.

Las enfermedades alérgicas más recurrentes en esta zona son la rinoconjuntivitis alérgica (RCA), asociada al polen, el asma y la dermatitis atópica.

Mientras que las personas más afectadas son quienes están genéticamente predispuestas a desarrollar enfermedades atópicas y que estén expuestas a aeroalérgenos como pólenes, ácaros del polvo, esporas de hongos y epitelios de animales.

A nivel mundial

La World Allergy Organization (WAO) estima que el 30-40% de la población mundial está afectada actualmente por una o más enfermedades atópicas. Asimismo, hay estimaciones que prevén un aumento importante para las próximas décadas. Sin embargo, sostienen los académicos U. Mayor, es difícil hablar de cifras exactas.

“Si podemos hablar de una tendencia al alza, por lo que se visualiza como un tema relevante para la salud pública mundial y nacional, al que debemos anticiparnos en metodologías diagnósticas y también terapéuticas”, señalan.

“Las alergias están presentes entre nosotros hace bastante tiempo, por lo que debemos aprender a reconocerlas para poder, a su vez, convivir con ellas sin que interfieran o lo hagan lo menos posible en nuestras actividades cotidianas”, advierten los docentes, quienes entregan claves para poder tratar o disminuir los síntomas que provocan las alergias.

Tratamientos

La posibilidad de tratamiento está sujeta al diagnóstico, para determinar el origen, tipo y periodicidad de la respuesta a alérgenos de la persona afectada, todas de resorte médico. Sin embargo, para lograr una óptima aproximación es necesario conocer los aeroalérgenos a los cuales está expuesto el paciente. En Temuco, por ejemplo, hay mayor sensibilización a los ácaros del polvo.

Respecto de los síntomas, en el caso de la rinitis alérgica, que es la forma más común de alergia, estos son estacionales, lo que significa que se sentirá peor cuando el polen que lo afecta esté en su nivel más alto.

“Otros síntomas que varían según la gravedad son: estornudo, tos, comezón (mayormente en los ojos, la nariz, la boca, la garganta y la piel), goteo nasal, congestión nasal, dolor de cabeza, presión en la nariz y en las mejillas, sensación de llenura y chasquidos en los oídos, dolor de garganta, ojos llorosos, enrojecidos o hinchados, ojeras, problemas con el olfato y ronchas”, detallan.

No obstante, existen medidas farmacológicas y también control ambiental que pueden contribuir a su manejo, como:

  • Consultar a médico para un correcto diagnóstico y régimen terapéutico acorde a la necesidad individual, en ningún caso automedicarse sin esta supervisión.
  • Conocer en qué lugares y en qué condiciones la persona tiende a volverse más sintomática.
  • Respecto al control ambiental, en casa se debe tener cuidado con el uso de alfombras, peluches u otros elementos que puedan acumular polvo en demasía. Es importante mantener el control del polvo, ya sea mediante aspiradoras u otras técnicas que eviten que éste se mantenga en suspensión al realizar el aseo.
  • Es aconsejable tener en cuenta las zonas en las cuales se transita, como campos, arboledas u otras similares, en donde pueda existir polen u otros alérgenos.
  • Se recomienda evitar salir a la calle durante la mañana o tarde, siempre y cuando esto sea posible, pues el viento puede acrecentar la movilización de polen en el ambiente. De no ser posible, si se moviliza en vehículo, hacerlo con las ventanas cerradas, pero si es caminando el uso de gafas pueden ser un buen aliado como como protección ocular contra los alérgenos en suspensión.
  • En caso de aquellas personas que han identificado algunos alérgenos a los cuales tienden a presentar síntomas, como el pasto, se debe evitar el contacto o cercanía con éstos.
  • Ya en casa, la ducha y el cambio de ropa pueden contribuir a movilizar los alérgenos que puedan estar en el cuerpo o en la ropa misma, y que pueden seguir generando incomodidad.
  • Finalmente, en caso de estar en control farmacológico con el profesional médico, es importante adherir al tratamiento indicado.