Tesis de alumno de Agronomía fue publicada en edición especial de la revista Diversity

Santiago Donoso – junto a la académica del Centro GEMA, Genómica, Ecología y Medio Ambiente, Maureen Murúa- realizaron el primer estudio sobre los parches florales y su impacto en la atracción de polinizadores en cultivos de zapallo camote. “Es súper emocionante y alentador”, dijo el estudiante.



Quería trabajar en terreno y que su trabajo sirviera a futuro. Así fue como Santiago Donoso, estudiante de Agronomía de la Universidad Mayor, se interesó en la propuesta de la académica del Centro GEMA, Genómica, Ecología y Medio Ambiente, Maureen Murúa, para realizar su tesis de pregrado en el área de investigación.

Ambos decidieron estudiar si la instalación de parches florales con distintas plantas, a un costado de un cultivo, en este caso el zapallo camote, aumenta o no la cantidad y/o calidad de la producción y si hay algún cambio en los polinizadores, tanto nativos como introducidos dentro del cultivo. Eligieron esta especie, pues es uno de los cultivos de hortalizas más plantados en nuestro país, tiene una alta demanda entre los chilenos y es poco estudiada.

“Encontramos que la adición de parches estaría atrayendo más polinizadores y en su conjunto estaría afectando la calidad. Para nosotros resultó interesante, porque querría decir que más allá de la cantidad -el peso de los zapallos subió 600 gramos en el sitio donde había flores adicionadas- también cambió el dulzor y eso es una característica importante para el consumidor, ya que la gente prefiere el zapallo dulce”, dice la investigadora de GEMA.

“Al parecer esta mayor tasa de visita de los polinizadores nativos estaría contribuyendo a aumentar su dulzor. Esto es relevante, porque da cuenta que la presencia de otros insectos puede complementar al uso de polinizadores de cultivo domesticados y podrían ser una especie de complemento a estos cultivos y favorecer que sean productos de mejor calidad”, agrega.

Se trata del primer estudio que se ha hecho en Chile sobre el impacto de la presencia de polinizadores nativos en el zapallo, poniendo en valor la presencia de los polinizadores no comerciales y así avanzar hacia una agricultura más orgánica y sustentable.

El estudiante Sebastián Donoso explica: “La idea es aumentar la diversidad de especies que pueden ser útiles en el campo y dejar de depender de una sola especie, como se hace con la abeja melífera, que es la que se utiliza comúnmente en la polinización. Al incorporar los parches de flores incorporamos un nuevo hábitat y un nuevo ecosistema en el cual los insectos pueden hacer una vida y formar colonias de insectos benéficos y polinizadores dentro del predio agrícola”.

Su primer paper

Desde que concibieron la tesis, la idea fue que terminara en una publicación. Y así fue. Recientemente su trabajo fue publicado en una edición especial de la revista Diversity.

“Es super emocionante, porque demuestra que valió la pena el trabajo y que está bien hecho. Es algo que se puede usar como referencia y extrapolar a distintos campos y quizás motivar a más gente a probar estos nuevos métodos. Es bastante emocionante y alentador”, expresa.

El joven recomendó a los alumnos de pregrado a hacer tesis de investigación y mandó un mensaje: "En especial, si les gusta estar en terreno, haciendo mediciones, etc. Además, es vital tener un profesor que los ayude, como en mi caso, que me estuvo ayudando y motivando, trabajando a la par. Sin ella no lo hubiera logrado”.

Vinculación con el pregrado

La académica del Centro GEMA cree que el rol de los investigadores es transmitir su quehacer a los estudiantes desde su formación de pregrado, algo que, por ejemplo, se desarrolla fuertemente en la Universidad a través de los proyectos VIP.

“Cuando hago las tesis con mis estudiantes, las pienso de principio a fin como un estudio de investigación, donde el alumno pueda aprender la labor investigativa -cómo hacer una pregunta, cómo hacer una hipótesis – y después cómo desarrollar un trabajo de investigación real. Para mi eso es fundamental”, dice.

“Puede que en un futuro no se dediquen a la investigación, pero siento que aprender a pensar con el método científico hace que les ayude a mover su mente y puedan más adelante resolver problemáticas de una mejorar manera. La gracia de la ciencia es que te ayuda a pensar y a desarrollar un pensamiento crítico. En este caso fue una experiencia satisfactoria, porque Santiago se lo tomó en serio y fue un buen investigador, tanto en la ejecución de su tesis como en la escritura y en la elaboración del paper”, concluye destacando.