Académica española expuso sobre Inclusión Universitaria durante charla organizada por la VRA

Carmen Márquez, de la U. Autónoma de Madrid y especializada en desigualdad y cooperación, lideró una presentación ante docentes U. Mayor, en la cual abordó el concepto de “inclusión”, los avances en esta materia y dónde deberían ponerse los acentos para conseguirla. En paralelo, destacó la visión de la Universidad en estas temáticas.



El pasado viernes 28 de mayo se llevó a cabo la Conferencia Internacional "El avance de la inclusión universitaria. Abordaje de un cambio sistémico", organizada por la Vicerrectoría Académica U. Mayor, a través de la iniciativa Círculos Docentes.

La expositora fue Carmen Márquez, académica española, doctora en Ciencias Sociales Aplicadas, Máster en Género e Igualdad de Oportunidades por la Universidad de Huelva y Máster en Desarrollo, Desigualdad y Cooperación por la Universidad Complutense de Madrid.

La experta, profesora en la Universidad Autónoma de Madrid, advirtió en primera instancia que la inclusión educativa corresponde a "un tema que creo ha sido abordado en mayor medida en otras etapas educativas, pero que todavía podríamos decir que está in progress en Educación Superior".

Por lo mismo, subrayó la importancia de que también sea “una educación inclusiva, de calidad y equitativa, y que debe estar disponible para todas las personas que conformamos las distintas sociedades. Creo que hasta este momento había alguna duda al respecto, sobre si las universidades también tendrían que ser inclusivas".

En esa línea, la experta destacó la propuesta de la U. Mayor en estas materias, a partir de información proporcionada por la Vicerrectoría y que recoge el compromiso de la Universidad con la inclusión. "Me congratuló mucho descubrir que entre sus valores está justamente la inclusión y la intención de garantizar esa inclusión para toda la comunidad universitaria. Pude leer con mucha satisfacción que ustedes hablan sobre una cultura inclusiva, de un avance hacia la inclusión que trae consigo o que debe estar promovido por un cambio cultural. En ese sentido creo que es una visión muy acertada de lo que deben avanzar las universidades y con lo que deben comprometerse", sentenció.

Los puntos clave

Márquez profundizó en qué significa que la Educación Superior sea inclusiva, equitativa y de calidad, y que promueva las oportunidades de aprendizaje de todas las personas que quieran formar parte de la cadena universitaria.

En ese punto, la académica reveló que uno de los ítems en deuda es la relación entre excelencia e inclusión. "La excelencia se asocia muchas veces a la investigación, al capital cultural o a la movilidad de estudiantes, a los rankings, (...) pero pocas veces se hace mención a la excelencia ligada a la inclusión, y partimos de la base de que una universidad no puede ser excelente si no es inclusiva", recalcó.

Otro problema es el hecho de que existe poca claridad sobre el significado de la inclusión en las universidades. La académica puso como ejemplo un reciente estudio realizado a docentes españoles, y donde el 36% de la muestra declaró que no sabían absolutamente nada de inclusión universitaria, e incluso no habían escuchado ese concepto.

"En ese sentido creemos que es muy importante trabajar todo lo que tiene que ver con cómo conceptualizamos la inclusión, qué entendemos por inclusión, y todo el trabajo de formación en materia de inclusión para el profesorado universitario”, reflexionó la profesora, quien detalló que el 64% restante declaró que tenía cierta noción de lo que era la inclusión universitaria, ligándola a diferentes ideas: la consideración de determinados colectivos vulnerables; la atención de estudiantes con discapacidad y, en menor medida, fue enlazada con el aprendizaje centrado en el estudiante.

"Entonces, la segunda conclusión de este trabajo fue que hay una dispersión bastante importante sobre lo que significa inclusión, y es importante esto porque en la medida que no sepamos hacia dónde avanzamos, podríamos estar, por ejemplo, no definiendo bien nuestro camino, nuestra estrategia o podríamos dar por alcanzado un objetivo cuando todavía estuviera incompleto", reparó la investigadora.

La experta reconoció que la inclusión en Educación Superior no comienza en la universidad, sino que es un proceso que viene de atrás, de la Educación Secundaria. Por ello, dijo que "en la medida en que esa educación sea inclusiva, el acceso y el tránsito a la universidad podrá estar garantizado". Sin embargo, añadió, en muchos países "esa Educación Secundaria es una con altas tasas de abandono, altas tasas de deserción y de fracaso escolar, y eso ya implica que vamos a entrar en un sistema educativo con bastantes carencias".

En cuanto a la atención de los estudiantes con discapacidad, por otra parte, Márquez elogió que este grupo “en todos los sistemas educativos están experimentando un incremento de su participación. Prácticamente en todos los contextos, cada día son más los estudiantes con discapacidad que acceden. Es verdad que todavía acceden en mayor medida a una Educación Superior online más que a una presencial, y normalmente es porque las universidades todavía conservan un modelo de conceptualización de la discapacidad médica, que tiene mayores dificultades para el alumnado con discapacidad".

¿Cómo entonces se avanza hacia la inclusión en la educación superior? En primer lugar, dice Márquez, comprender la inclusión "como un proceso, no es una meta. Es una meta, pero no un lugar donde llegar, sentarnos y decir ‘ya somos inclusivos’, sino que va a ser un proceso constante de revisión y de cambio constante". Para ella, algunos de los hitos importantes a considerar son el acceso equitativo de todos los colectivos, con políticas que faciliten las cuotas de acceso. “Para eso hace falta un mejor sistema de becas y de ayudas económicas que el que tenemos ahora, hace falta mucho seguimiento de quienes son los estudiantes que ingresan", considera.

Además, recalcó la importancia de un aprendizaje centrado en el estudiante, donde todos los miembros de la comunidad universitaria estén involucrados, y donde existan propuestas transversales que trabajen políticas inclusivas en todos los niveles de la comunidad universitaria.

Finalmente advirtió lo clave que son los académicos en ese proceso. "También es importante que las universidades garanticen la formación de sus docentes, porque al final la inclusión nace en el aula, se genera en el aula", concluyó diciendo.