Investigador del Centro GEMA concluye expedición Antártica en el glaciar Unión

El Dr. Cristóbal Galbán estuvo en la base científica de Chile más al sur del mundo en una campaña para recolectar muestras para el estudio del transporte de contaminantes desde el continente a la Antártica. La expedición forma parte de las actividades del Anillo en Ciencia y Tecnología Antártica POLARIX donde el académico U. Mayor es investigador titular.


La primera de tres expediciones del proyecto POLARIX a la Antártica comenzó el 26 de noviembre, cuando un avión Hércules C-130 de la Fuerza Aérea despegó desde Chabunco, localidad al norte de Punta Arenas, rumbo a la Estación Polar Científica Conjunta Glaciar Unión.

Aunque para el Dr. Cristóbal Galbán del Centro GEMA – Genómica, Ecología y Medioambiente U. Mayor – esta fue su sexta campaña en este continente, no por ello fue menos especial. Junto a las condiciones climáticas y meteorológicas particulares del glaciar Unión, que hacen que el viaje sea más complejo, las exigencias de preparación para los científicos que allí trabajan son también mayores.

“Es un poco más extremo de lo que uno está acostumbrado. Hay que ir más preparado, duermes en carpa, te mueves más habitualmente en moto de nieve, al caminar vas en cordada, siempre acompañado con personal del Ejército especialistas en montaña. También te mueves mucho haciendo ski randonée, entonces es una campaña que requiere cierta base física y de entrenamiento; y es especial además porque para mi fue la primera experiencia de trabajar al interior del continente, ya que siempre había trabajado en costa”, comentó el investigador.

El proyecto POLARIX está enfocado en el transporte de largo alcance de microrganismos y contaminantes hacia la Antártica, y cómo esto puede afectar a la biota terrestre. Su objetivo es comprender las teleconexiones entre el continente blanco y el resto del planeta a través del transporte de microrganismos y contaminantes, evaluar sus reservorios, posibles orígenes y el potencial impacto sobre las plantas vasculares endémicas de ese territorio.

“Hasta ahora se pensaba que la Antártica era el continente más aislado del planeta, pero ya se ha visto que no es así, que hay movimientos de especies que están colonizando este territorio, pasando desde zonas subantárticas hacia zonas antárticas” explicó el Dr. Galbán.

El investigador detalló que existe evidencia científica de la llegada de la primera especie potencialmente invasora a la Antártica a través de algas. Este organismo “fue capaz de llegar a la Antártica y establecer una colonia en un periodo de dos años por deriva. Sin embargo, las teleconexiones atmosféricas son mucho más rápidas, tenemos que pensar que una masa de aire puede demorarse entre dos o tres días en trasportar materiales a la Antártica y dentro de ese transporte de materiales hay contaminantes, como por ejemplo pesticidas o hidrocarburos policíclicos aromáticos, pero también bacterias”.

 

Tras la pista de contaminantes

El muestreo fue realizado en dos puntos del glaciar Unión. A 1 kilómetro y medio de la base se tomaron muestras atmosféricas de las partículas del aire y de los compuestos allí disueltos, usando captadores másicos de alto volumen.

Las muestras de sedimentos fueron capturadas en las morrenas de los glaciales, donde se deposita material de origen rocoso que se encuentra en un periodo de meteorización avanzado por efecto del movimiento del glaciar formando una especie de piedrecillas pequeñas.

Otro grupo de científicos ligados al proyecto tomaron muestras del microbioma atmosférico en la Patagonia Sur que servirán para realizar estudios biogeográficos.

Próximamente el equipo de POLARIX se prepara para comenzar una nueva expedición, esta vez en la Base Yelcho y la Base Luis Risopatrón que se encuentran más cercanas a la costa, donde la influencia por el transporte de contaminantes desde el continente es aún mayor.

Una vez concluidas las campañas, las muestras serán examinadas mediante análisis químicos, secuenciación, aislamiento y cultivo de bacterias, seguido de lo cual será el momento de interpretar los resultados e integrar los datos. A partir de ello, los investigadores esperan saber “cómo se relaciona el transporte con las bacterias que hay en el aire con ese microbioma atmosférico y cuáles son las herramientas biotecnológicas que podemos extraer para mejorar diferentes procesos ambientales”, concluyó el Dr. Galbán.