Opinión// COP25: Los aprendizajes que quedarán tras su cancelación en Chile

Columna de opinión públicada por El Mercurio el 21 de noviembre de 2019

 

La COP25 se planteó desde un principio como una plataforma para reflexionar sobre un modelo de desarrollo más sustentable para Chile y el mundo. Además, el evento nos colocaría por dos semanas en el centro de la noticia mundial, pues de esta cumbre se espera bastante más de lo que se esperaba de las anteriores.

De a poco va emergiendo la necesidad de ir más allá del simple frenazo que requieren las emisiones de los gases que están cambiando el clima. Se necesita, además, prevenir los enormes impactos que puede provocar en las economías de los países emergentes, con menos recursos para la adaptación. 

Hoy se percibe al cambio climático como un fenómeno que acentuará las desigualdades entre el mundo desarrollado y en vías de desarrollo, pues los países que más emiten no serán los más afectados.

Esta misma inequidad se replica en las sociedades, donde los grupos con mayores recursos tienen más opciones de enfrentar los problemas derivados del cambio climático. Además, la vulnerabilidad ante este fenómeno no solo radica en el tema económico, sino que también afecta diferenciadamente según el grupo etario o etnia.

En el primer caso, los adultos mayores son los más afectados, debido a su menor capacidad de adaptarse en ambientes más extremos. En tanto, en el segundo caso existen muchos pueblos originarios que subsisten de la agricultura, viéndose altamente impactados por un clima más hostil, por lo que deben abandonar su forma de vida y migrar.

Prevenir esto exige una gran cantidad de inteligencia territorial, con bases económicas, sociales, ambientales y culturales.  En la medida en que el cambio climático se instala, el tiempo para reaccionar se acorta, por lo que debemos mantener el debate que hemos iniciado hacia una efectiva adaptación.

El problema se intensifica debido a que los recursos naturales no necesariamente son protegidos por el mercado, hay escasa conciencia ciudadana del rol que juega el patrimonio natural y no contamos con una institucionalidad robusta para fiscalizar y preparar a los territorios frente a los desafíos futuros.

Pese a que la cumbre climática no se llevará a cabo en Chile, el país avanzó mucho con todo lo que se hizo durante los meses previos, por lo que nuestro desafío es incorporar la sustentabilidad en los procesos productivos, asegurar un suministro energético futuro, desarrollar fuentes energéticas limpias y generar medidas que incorporen la eficiencia en el diseño de las nuevas viviendas, industrias y ciudades. 

Para lograr estos objetivos, el Gobierno ha impulsado una serie de iniciativas y políticas de descarbonización de la matriz energética, tendientes al desarrollo de energías limpias, económicas y renovables, siempre en sintonía con las demandas sociales, ambientales y económicas del país. 

Este escenario impone nuevos desafíos en un mercado laboral altamente competitivo, el cual requiere especialistas competentes y capaces de aprovechar de manera sostenible los recursos renovables altamente disponibles en Chile, y a la vez mitigar los impactos ambientales derivados de la contaminación y el cambio climático. Estas metas son transversales a diversas disciplinas y áreas, por lo cual es muy relevante contar con programas de postgrado que posean un enfoque de trabajo que combine las ciencias ambientales, legales, sociales y económicas, que permitan dar solución a problemas socio-ambientales complejos.

Claudia Santibáñez
Directora de la Escuela de Ingeniería en Medio Ambiente y Sustentabilidad de la U. Mayor