Ejercicio// Estudio U. Mayor demostró que 3 horas de ejercicios semanales mejoran la calidad de vida en adultos mayores con Parkinson

 Gracias a una serie de rutinas aplicadas a pacientes de la Agrupación de Parkinson de Chillán, la kinesióloga Marcela Gazmuri, junto a tres estudiantes del Magíster en Fisiología Clínica de Ejercicio, revelaron mejoras en test y pruebas físicas que comprueban la importancia de este tipo de tratamientos no farmacológicos.  

 

El Parkinson es la segunda enfermedad neurodegenerativa con mayor prevalencia en el mundo, después del Alzheimer. Afecta principalmente al sistema motor de quienes la padecen, mermando su calidad de vida y la de sus cuidadores, que en la mayoría de los casos es algún familiar que debe abandonar sus actividades cotidianas para asumir este rol.

 En Chile no existen datos concretos respecto a la tasa de mortalidad a raíz de esta patología, pero según informaciones de prensa, entre 1997 y 2013 el Parkinson se quintuplicó: de 118 fallecidos se pasó a 759, lo que representó un aumento en la tasa de 0,8 por cada cien mil habitantes a 4,3. Sin embargo, pese a este panorama, aún no existen datos actualizados sobre el alcance de esta patología.

 Conocedora de esta realidad, Marcela Gazmuri, kinesióloga y estudiante del Magíster en Fisiología Clínica de Ejercicio U. Mayor, junto a los estudiantes Erica Regalado, Gustavo Pavez y Claudio Hernández, comenzó un estudio con 14 adultos mayores de la Agrupación de Parkinson de Chillán, con el objetivo de fomentar el ejercicio como tratamiento no farmacológico y recabar datos acerca de los avances que pueden tener estos pacientes.

 “La fragilidad de un adulto mayor, sumado a esta enfermedad, son aspectos invalidantes”, explica Marcela, refiriéndose a cómo afecta el Parkinson a los adultos mayores. 

 

El estudio

Para que un paciente fuera incorporado al estudio, debía cumplir requisitos como, por ejemplo, estar diagnosticado de Parkinson en estadios 1-3, lo que se traduce en que debían ser físicamente independientes. Además, no debía presentar demencia, poseer capacidad de deambulación de manera independiente y no presentar alteración de los reflejos posturales graves.

Así, la rutina para el estudio incluyó ejercicios de movilidad articular y marcha en el puesto, y como trabajo más fuerte se realizaron distintos tipos de marcha, con elevación de rodillas y toque con la extremidad superior opuesta, en tándem, con zancadas amplias, desplazamientos laterales y cambios de dirección, entre otros. También se realizaron circuitos de trote, variando en velocidades, distancias de zancada, cambios de direcciones, paso de obstáculos y arrastres de balones medicinales.

 Todo esto, tres veces a la semana, durante una hora y por ocho semanas.

 

Resultados

 Una vez concluido el estudio, Gazmuri comprobó que el cambio más destacable que presentaron estos adultos mayores fue que el 100% mejoró su desempeño en la prueba Timed up and go.

 Asimismo, en el test de marcha se apreció que un 85.71% de los pacientes mejoró en aspectos como metros recorridos; y en las pruebas de equilibrio hubo avances en un 42% de los estudiados.

 Gazmuri comentó que de acuerdo a los resultados de este estudio, se pudo concluir que la aplicación de un programa de entrenamiento multicomponente genera cambios significativos en la funcionalidad de la marcha en tan solo 8 semanas.

 “Rescato la disposición de los pacientes, ya que el tiempo que ocupamos en este trabajo fue largo. Las rutinas de ejercicios, que por primera vez aplicábamos, fueron muy bien recibidas y los pacientes se entregaron de lleno para obtener los mejores resultados”, culminó diciendo la estudiante del Magíster en Fisiología Clínica de Ejercicio U. Mayor.

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