La Bodega de Vestuario: el proyecto U. Mayor que volvió protagonista al vestuario teatral

La iniciativa, encabezada por las alumnis Carolina Llanos y Mara Ibaceta, comenzó en 2017 bajo el alero de la Escuela de Teatro, con el fin de convertir la bodega que ya existía en una verdadera "biblioteca de vestuario" para hacer préstamos gratuitos a los estudiantes, y además generar un archivo. "En realidad somos pioneras, porque no hay ninguna bodega de vestuario, en ninguna escuela, como la que tenemos nosotras", rescata Llanos.


Carolina Llanos y Mara Ibaceta iban en cuarto año de la Escuela de Teatro U. Mayor cuando, a partir de una asignatura de producción, imaginaron una ambiciosa idea. "Lo que queríamos era rescatar la bodega de vestuario que existía en la Escuela, pero que estaba súper desordenada. Era como una bodega abandonada", cuenta Llanos remontándose al 2017.

"Entonces ahí nos entusiasmamos con ese espacio, y empezamos a formular este proyecto de cómo hacer una bodega que funcionara de manera permanente, casi como una 'vestuarioteca', porque también nos interesaba mucho el organizar todo y también el archivo. De ahí partió todo", dice sobre La Bodega de Vestuario, proyecto que ambas impulsaron y que ya cuenta con cuatro años de vida.

La propuesta fue bien recibida desde el comienzo, logrando financiamiento de rectoría y la ayuda de la misma Escuela. Todo eso permitió a las actrices dar una nueva oportunidad a las instalaciones emplazadas en Santo Domingo 711.

La tarea no fue fácil. "Hicimos un esfuerzo súper a pulso de ir a la bodega, limpiar, sacar vestuarios, reciclar, pintar paredes... Entonces ahí empezamos a ordenar y reorganizar este espacio, a instalar percheros para poner la ropa. Y al otro lado armamos un taller de costura, donde nosotras con Mara trajimos nuestras máquinas de coser y empezamos a habilitar ese espacio para arreglo de prendas", detalla Llanos.

Pero no se detuvieron ahí: su idea era armar una especie de "banco de prendas" para que pudieran ser prestadas sin ningún costo. Para ello hicieron una campaña de donaciones abierta al público, en la que artistas escénicos, compañías de teatro, productoras de cine o diseñadores teatrales, pudieran aportar con lo que tuvieran.

"La idea era darle vida nuevamente a ese vestuario, y que estuviera circulando a modo de préstamo. Así empezó el tema de préstamo gratuito a estudiantes de teatro y egresados de la Escuela, y ya desde 2018 lo extendimos a la Escuela de Cine y sus egresados", explica la cofundadora.

"Esa patita de La Bodega de Vestuario la llamamos 'Vestuarioteca', y funciona como una biblioteca: el estudiante va si necesita un pantalón, una camisa, un gorro, una peluca. Ahí está para que lo puedan solicitar para sus muestras académicas, sobre todo sus exámenes u obras que estén incluso fuera del ámbito académico", cuenta.

En esa recolección han obtenido importantes donaciones, como por ejemplo de la pareja de reconocidos actores Bélgica Castro y Alejandro Sieveking, ambos fallecidos en 2020. "Se hizo una reorganización de lo que había en la casa de Bélgica con Alejandro, y ahí algunas actrices, entre ellas Catalina Saavedra, nos contactaron para recibir esas donaciones de vestuario que tenían de parte de ellos. Como que les dejaron dicho que ojalá los pudieran reutilizar, y no encontraron un lugar mejor que el de nosotras para que volvieran a circular", relata la artista.

"Nosotras con Mara teníamos una necesidad de entender que los procesos actorales involucran esta segunda piel que es el vestuario, y de alguna u otra manera son recursos que uno como estudiante de teatro no tiene. Entonces el estudiante de teatro como que cada vez va desmantelando su casa porque anda sacando cositas para sus puestas en escena, sus personajes. De alguna manera era levantar por un lado el interés por el vestuario escénico, colaborando, y también siendo partícipes de las propuestas visuales de los estudiantes o egresados", profundiza Llanos.

En esa misma línea, advierte, "para nosotros, siendo actores y actrices, el presupuesto para todo es bien complejo, porque todo es autogestionado, a menos que te ganes un fondo, pero las compañías que salen de la Escuela son emergentes, entonces al ofrecer una ayuda les quitas una carga al ítem de producción".

La segunda parte de esa recolección es el tema de "archivo". "Con todas las donaciones que recibíamos empezamos a seleccionar, entonces teníamos una etiqueta básica donde alojábamos todos los vestuarios que eran como el pantalón, la blusa blanca, elementos básicos, y en otro lado etiquetamos prendas patrimoniales que tenían alguna carga histórica en relación. Por ejemplo, un vestuario que fue ocupado por Néstor Cantillana, por Héctor Noguera, actores y actrices reconocidos dentro de la escena. Y ahí se empezó a armar este como 'archivo' que lo llamamos nosotras, aunque no es nada tan formal, pero lo tenemos estipulado en nuestros documentos de trabajo que hacemos", explica Llanos.

La pandemia y los planes

Con la emergencia sanitaria La Bodega de Vestuario se puso en pausa. Desde 2020 no hay préstamos de prendas. Pero no fue impedimento para que sus creadoras siguieran trabajando en el proyecto. "Como todo nuestro trabajo era presencial, tuvimos que traspasarlo a una manera remota, entonces desde ahí empezaron a salir muchas más instancias, formativas sobre todo", relata Llanos.

Así, durante 2020 desarrollaron dos talleres gratuitos de Corte y Confección para los estudiantes de Teatro y Cine, pero también para cualquier artista que quisiera aprender a hacer sus propios vestuarios.

Posterior a eso surgieron muchas más alternativas de formación, entre ellas el conversatorio con Ruth Fischerman, diseñadora de vestuario de la premiada película Relatos Salvajes, y el seminario con Gabriela Tapia, diseñadora de vestuario en la serie Los 80.

Uno de los encuentros más recientes fue el "Conversatorio patrimonio escénico: El vestuario como parte de la historia escénica chilena", celebrado el pasado 26 de mayo, el que estuvo centrado en un cortometraje precisamente sobre La Bodega de Vestuario, lanzado en 2017, y donde ellas mismas entrevistaron a destacados diseñadores de la escena local.

"Desde ahí empezamos también a encontrar un poquito de historia, cómo funcionaba el vestuario antes, en los teatros universitarios", dice la actriz, y destaca: "En realidad somos como pioneras, porque no hay ninguna bodega de vestuario en ninguna escuela de teatro como la que tenemos nosotras. En la escuela de la U de Chile sí hay una pero no tiene un sistema de préstamos, un espacio vivo que genere iniciativas, en la UC también hay un espacio, pero no hay una sistematización como la que tenemos nosotras, y como la que hemos estado desarrollando".

Con esa satisfacción, las alumnis de la U. Mayor se preparan para el regreso de La Bodega, apoyadas en el catálogo online que ya tienen con vestuario, zapatos y accesorios, y que se actualiza todos los años. "Armamos un protocolo Covid para poder prestar vestuarios en donde tenemos el catálogo. Antes el estudiante iba, se probaba ropa y se miraba harto rato en el espejo para ver si era lo que quería, pero ahora no: lo que vamos a hacer es que sea todo de manera online, y abajo de la bodega queremos habilitar un módulo donde pasemos las cosas, por todo un tema de higiene", dice Llanos, quien cree que todo eso se podrá concretar cuando se pase a Fase 3 del plan Paso a paso.

Finalmente, la actriz reflexiona: "El proyecto ya se amplió demasiado: lo que era como una bodeguita que prestaba vestuario ahora es muy grande, entonces claro, obviamente que vamos a sumar más gente y el equipo de trabajo se va a ampliar en la medida que eso sea posible también para la escuela y para la universidad".