Encuentro// “Todas íbamos a ser reinas”: el conversatorio del Núcleo de Formación General que exploró la figura de la mujer en la literatura

La actividad reunió a las escritoras Claudia Apablaza y Alia Trabucco, junto a las académicas Leticia Contreras y Lorena Amaro, para explorar de qué manera este tema ha evolucionado.

 

“Durante mucho tiempo fue minimizada como una escritora de canciones infantiles o como la 'madre de Chile', y el reconocimiento primero llegó con el Premio Nobel de Literatura y luego con el Nacional”, comentó Constanza Ternicier, Doctora en Literatura y académica del Núcleo de Formación General de la Universidad Mayor, en referencia a Gabriela Mistral, una figura que según la docente fue menoscabada durante años por la crítica y parte de la intelectualidad del país.

Estas palabras las pronunció durante el inicio del conversatorio “Todas íbamos a ser reinas: mujeres en el campo literario”, realizado este 13 de noviembre en el Campus Manuel Montt, una cita que reunió a las escritoras Claudia Apablaza y Alia Trabucco, junto a las académicas Leticia Contreras y Lorena Amaro, para explorar la figura de la mujer en el campo literario.

Además de Mistral, en el conversatorio aparecieron los nombres de María Luisa Bombal, Marta Brunet y Elena Aldunate, todas figuras que en su momento fueron opacadas por pares masculinos y que, de acuerdo con Ternicier, en ocasiones fueron “celebradas” por poseer un estilo “viril” en su textualidad.

Un punto que también fue recogido por la escritora y fundadora de la editorial Los Libros de la Mujer Rota, Claudia Apablaza, quien comentó que “en el caso de Gabriela Mistral, esto tiene que ver con el hecho de que la maternidad no era vinculada al trabajo intelectual, sino que se consideraba algo muy instintivo, visceral y simple. Lo mismo con los temas de niñez. Así, al decir que era la 'madre de Chile' se le ponía en un lugar inferior frente a Pablo Neruda, Pablo de Rokha o Vicente Huidobro”.

Apablaza también se refirió a la construcción de un catálogo editorial que dialogue con intereses de los lectores en materia de género y feminismo, y expresó que “comenzamos de forma muy intuitiva con la editorial, teníamos algunas líneas que íbamos cruzando y que nos interesaban como equipo, pero todo con mucha intuición, porque las cosas van cambiando en la medida en que vas interactuando con un campo y te vas haciendo de lectores. Nuestra propuesta fue súper bienvenida y eso nos hizo radicalizar la línea de trabajo. Es una idea que no sólo fue gestada dentro de la editorial, sino que también nació con los lectores”. 

En tanto, la periodista y académica del Instituto de Estética de la Pontificia Universidad Católica de Chile, Lorena Amaro, advirtió acerca del papel que la prensa juega en reforzar algunos estereotipos que se arrastran desde hace años.

“Hace algún tiempo Juan Manuel Vial, el crítico literario de La Tercera, partió una reseña sobre la escritora colombiana Margarita García Robayo comentando que esta mujer era la escritora más bonita de Colombia. Y luego de eso, toda la crítica estaba marcada por el sesgo: se refería a los aspectos sexuales de los cuentos, decía que la escritora 'seduce' y todos los verbos usados estaban teñidos por la idea de mujer como objeto sexual. Y es algo también presente en los reportajes que se han hecho sobre el llamado 'boom de las escritoras', en donde el texto arranca describiendo el atuendo de la entrevistada o si es rubia o no. Eso la prensa lo tiene instaladísimo”, enfatizó Amaro.

Al momento de hablar sobre el rol de las mujeres y su papel en la academia, la escritora y abogada Alia Trabucco comentó su propia experiencia mientras fue estudiante en la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile, lugar “en que este año partió gran parte de lo que conocemos como el Mayo Feminista, pero que hace 15 años era diametralmente distinta y nuestras peleas tenían que ver con que, por ejemplo, fuese introducida en la malla una asignatura de género y derecho”.

Finalmente, Leticia Contreras, investigadora de la Vicerrectoría de Investigación, Desarrollo e Innovación de la Universidad de Santiago de Chile, comentó que dentro de la academia aún existen también importantes sesgos como la “inexistencia de cátedras permanentes sobre escritoras. Me pregunto por qué no se ha podido sistematizar dentro de las mallas una urgencia que sobre todo es muy solicitada por los estudiantes que siempre nos consultan por más escritoras o por cursos referidos al tema”.

La académica también sugirió una mirada analítica con respecto a la aproximación de este campo: “No creo en un proyecto literario feminista, sino en una lectura feminista. María Luisa Bombal se desligó en todas sus entrevistas del movimiento de la época o Gabriela Mistral incluso no quería tener nada que ver con las sufragistas, pero de todas formas una puede hacer una lectura de ellas y encontrar elementos que sirvan para alimentar un análisis sobre el feminismo”.