Proyecto// Académico U. Mayor analiza los pro y contra del nuevo Servicio Nacional Forestal

Carlos Schulze, docente de la Escuela de Ingeniería Forestal de nuestro plantel, valora la creación de una nueva institucionalidad, pero advierte que se deben cambiar los enfoques y las estrategias.

 

Con el objetivo de "fortalecer la capacidad de acción y las instituciones con que cuenta el Estado para prevenir y combatir los incendios forestales", la Presidenta Michelle Bachelet ingresó en marzo pasado el proyecto de ley que crea el Servicio Nacional Forestal (Sernafor), una institución que una vez aprobada en el Congreso, reemplazará a la actual Conaf con una característica no menor: a diferencia de esta última, será completamente estatal.

Según explicó la Mandataria, el Sernafor será un servicio público descentralizado que contará con recursos humanos, financieros y tecnológicos apropiados para lograr un sector forestal sustentable, enfrentar los cada vez más agresivos incendios forestales y fiscalizar los bosques nativos.

De esta forma, además de contar con recursos propios y facultades fiscalizadoras, la nueva entidad tendrá mayor facilidad en la tramitación y aprobación de proyectos de ley.

En momentos en que la iniciativa es discutida en el Senado, el académico de la Escuela de Ingeniería Forestal de la Universidad Mayor, Carlos Schulze, hace una evaluación, en general, positiva de esta nueva institucionalidad, pues si bien rescata la “valiosa experiencia” que se tuvo con la Corporación Nacional Forestal (Conaf), considera que “las instituciones se forman para responder a nuestros anhelos y requerimientos que tenemos como sociedad, los cuales son dinámicos”. Por lo tanto, “si las instituciones no están cumpliendo esto, tenemos que reestructurarlas, y si aun así no funcionan, debemos cambiarlas intentando crear una que sí funcione”, apunta.

En ese sentido cree que con esta nueva institucionalidad se genera un espacio donde se podrán enfocar esfuerzos para proteger de manera efectiva el patrimonio natural del país. Sin embargo, advierte que la nueva entidad no tendría sentido si no se cambian los enfoques y las estrategias.

“Se podría generar un espacio donde se enfoquen esfuerzos para solucionar problemas que tenemos como sociedad y que no han sido resueltos por el quehacer de la institucionalidad actual. Pero para esto se tiene que enfocar bien el tema, porque si se hace mal y no se estructura de buena manera, termina pasando lo que tenemos en la actualidad: una pérdida sistemática de nuestro patrimonio natural, y la relación de las personas con el ambiente natural, cada vez más lejana”, asegura el ingeniero forestal.

En ese contexto, Schulze señala que “si las cabezas que hoy dirigen la Conaf, o próximamente el Servicio, no cambian los enfoques y no generan estrategias distintas a las que se realizan hoy, es muy difícil que se cambie la situación de la pérdida de nuestro patrimonio natural de forma acelerada”. “Por ejemplo, es muy distinto apuntar a reducir el impacto de los incendios, a reducir el origen de los incendios a un 10%”, explica.

“Que cambie de ser una corporación de derecho privado, a una estatal, por supuesto que cambiará procesos, pero sin lo antes explicado, no hay mucha efectividad en el cumplimiento de los objetivos”, remarca.

Los reparos

Pese a las expectativas que tiene el académico respecto del Sernafor, el docente se detiene en dos aspectos que no comparte del todo: el hecho de que la institución dependa del Ministerio de Agricultura y el que la nueva entidad no apunte precisamente a la prevención.

En cuanto al primer elemento, Schulze asegura que “el objetivo del Ministerio de Agricultura y sus formas de desarrollar su quehacer es contrapuesto al que se establece para la creación del Servicio Nacional Forestal, el que tiene por objeto la conservación, protección, manejo y uso sustentable de las formaciones vegetales del país y de los componentes de la naturaleza asociados a estas”. En ese sentido, dice que “estructurar el Servicio bajo el alero de Ministerio de Agricultura hace que pierda sentido”.

A propósito de esto, el ingeniero indica que se generan “muchas dudas”, por ejemplo, “¿cómo una institución que, supone, protege nuestro patrimonio natural, va a reducir de forma sustancial la sustitución de nuestros ecosistemas naturales por cultivos agrícolas, si depende del Ministerio de Agricultura, que justamente potencia lo otro?”.

Con respecto a lo segundo, el especialista recuerda que alrededor del 30% de los más de mil incendios que afectan al país cada año, son intencionales. “Entonces, tenemos personas que generan cientos de incendios de forma intencional, o sea con dolo, y no hay nadie preso, lo que genera una sensación de impunidad brutal”, declara.

Por ello opina que, más que el control de los incendios -que, a su juicio, en general es “bastante efectivo”-, el tema más urgente es disminuir la generación de estos.

Por lo tanto, señala que “la forma de resolver el problema tiene que ver con que los responsables de generar un incendio sean castigados por la sociedad para que no exista una sensación de impunidad, y además, generar un potente esfuerzo en educación que permita que las personas seamos conscientes de lo que significa, y que su enfoque, permita cambiar los hábitos en el mediano y largo plazo”.

No obstante, el profesional considera que “la nueva institucionalidad no apunta de manera directa y potente a esto”.