Desigualdad de nutrientes

Joaquín Zuñiga, académico de Pedagogía en Educación Física U. Mayor, escribe columna de opinión en El Desconcierto el 12 de diciembre de 2023.


Mientras el salario en las familias chilenas sea bajo y no se considere como política pública la educación alimentaria en la escuela, sobre todo en la educación pública, la brecha de acceso a una alimentación saludable seguirá al alza, afectando a mediano y largo plazo el potencial intelectual y productivo de millones de chilenos.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define salud como «un estado completo de bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de enfermedades». Si atendemos a este concepto, Chile no va por buen camino.

Datos recientes muestran que las cifras de obesidad, salud mental y enfermedades cardiometabólicas son realmente preocupantes: un 74,2% presenta sobrepeso u obesidad, el 27% tiene problemas de salud mental, un 12,3% es probablemente diabético y más de un 30% es hipertenso.

Si bien estos datos son alarmantes, no permiten clarificar el origen del problema. Uno de ellos podría explicarse por la “desigualdad” de nutrientes.

La Encuesta de Presupuesto Familiar muestra que el quintil más pobre presenta un ingreso promedio cercano a los $358.000 y el quintil más rico de $2.900.000. Mientras que el quintil más pobre destina el 29% de sus ingresos en alimentación, el más rico el 11%. Traducido en dinero efectivo, el 20% más pobre destina $104.000 y el 20% más rico $319.000. La diferencia es de un 300%.

La obesidad es mayor en comunas pobres. El Mapa Nutricional de la Junaeb dio a conocer que Vitacura, Providencia y Ñuñoa son las comunas del gran Santiago que presentan menores índices de obesidad y, a la inversa, Cerro Navia, San Ramón y San Joaquín las más altas. Esto último obedece a varios factores: menor acceso a una alimentación saludable y nutricionalmente densa, bajos salarios, limitadas áreas verdes para la recreación y realización de actividad física, y un pobre capital cultural en las familias, que pareciera ser es el factor más determinante en la adopción de hábitos de vida activa y saludable.

Según la Encuesta Nacional de Consumo Alimentario, la ingesta de frutas, verduras, lácteos y pescados es mayor en personas de nivel socioeconómico alto. Las familias con mayor poder adquisitivo gastan un 280% más en frutas y verduras, 300% en lácteos y huevos, 360% en pescado y 250% más en proteínas de alta calidad, comparado a las familias de ingresos bajos. Todos estos nutrientes son fundamentales para la creación y reparación del ADN, el desarrollo cognitivo y musculoesquelético, y el sistema inmunológico.

La neurociencia nos dice que el peak de las conexiones neuronales ocurre entre los 4 y 6 años, y que un niño puede ver limitado su potencial intelectual si no recibe los nutrientes y estímulos cognitivos adecuados en estas edades.

Esto se demostró hace ya varias décadas. Las investigaciones realizadas por científicos del INTA de la Universidad Chile en los 60´s mostraron que el cerebro de un bebé, al no recibir los nutrientes adecuados, poseía una circunferencia craneal menor que el bebé alimentado, afectando la densidad de conexiones neuronales, potencial cognitivo y probabilidad de muerte prematura.

Al nacer, la inteligencia está distribuida de forma más o menos pareja en la población, pero quienes reciban una alimentación de calidad, estimulación cognitiva y motriz temprana irán desarrollando su potencial intelectual, emocional y motriz, diferenciándose de aquellos con acceso limitado a condiciones ambientales favorables.

Mientras el salario en las familias chilenas sea bajo y no se considere como política pública la educación alimentaria en la escuela, sobre todo en la educación pública, la brecha de acceso a una alimentación saludable seguirá al alza, afectando a mediano y largo plazo el potencial intelectual y productivo de millones de chilenos. En un país como Chile, donde el talento no abunda, no podemos darnos tal lujo.

Joaquín Zuñiga S.
Master in Sport and Health Sciences. Académico de Pedagogía en Educación Física de la Universidad Mayor.