Director y docentes de la Escuela de Negocios publican artículo sobre alfabetización financiera en Chile

La investigación realizada por Francisco Castañeda, Carla Cisternas y Francisco Ormazabal, será publicada en la revista Studies in Business and Economics – SBE en 2022. “Como escuela y director de ella, y consistente con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de Naciones Unidas, me interesa que nuestros alumnos y profesores estén más imbuidos de la educación financiera porque es algo transversal, y que permite una mejor calidad de vida”, declara Castañeda. 


 

El director de la Escuela de Negocios de la Universidad Mayor, Francisco Castañeda, junto a los académicos Carla Cisternas y Francisco Ormazabal de esta misma escuela, realizaron una interesante investigación sobre el nivel de educación financiera de los chilenos.

El estudio lleva por título “Determinantes sociodemográficos de los niveles de alfabetización financiera” -en inglés “Sociodemographic Determinants of Financial Literacy Levels”-, y “se basa en los datos de la primera y, hasta ahora, única encuesta nacional que ha medido la alfabetización financiera, realizada por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y financiada por la Comisión para el Mercado Financiero (CMF) y la Corporación Andina de Fomento (CAF) en 2016”, explica Ormazabal, quien además fue parte del equipo de la CMF que llevó a cabo la encuesta.

A partir de esos datos, se buscaron las variables sociodemográficas que explicaran el nivel de educación financiera de las personas.

“Analizamos el efecto de los factores sociodemográficos tales como sexo, edad, educación, situación laboral, entre otros, en el nivel de alfabetización financiera de la población encuestada”, complementa Cisternas. “Para esto se ajustaron modelos de regresiones logísticas para el índice global de alfabetización financiera y para cada dimensión, con el objetivo de estimar la probabilidad de poseer un nivel adecuado de conocimiento, comportamiento y actitud financiera según las variables utilizadas”, añade la investigadora.

El estudio concluyó que tener un elevado nivel educacional, percibir altos ingresos, y estar en el rango de entre 30 y 60 años, aumenta las probabilidades de tener un mayor nivel de alfabetización financiera.

Por otro lado, cuenta Castañeda, “algo interesante es que no se observó una brecha de género significativa. Uno podría decir ‘los hombres son más educados financieramente que las mujeres’, o a la inversa, pero no hay evidencia de brecha de género”.

La destacada publicación será difundida en 2022 en la revista científica Studies in Business and Economics – SBE, indexada en Scopus y ERIH PLUS (European Reference Index for the Humanities and Social Sciences), entre otros índices internacionales a los que pertenece la revista.

Motivaciones y desafíos

Respecto al interés por abordar este tema, Castañeda reflexiona: “Como Escuela de Negocios y director de ella, y consistente con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de Naciones Unidas, me interesa que nuestros alumnos y profesores estén más imbuidos de la educación financiera porque es algo transversal. En la vida vas a tener que tomar decisiones de créditos, de endeudamiento, comprar una casa, estudiar, y todas tienen un impacto económico financiero. De ahí la importancia de que las personas tengan una mayor capacidad de comprender la información que viene del mundo de las finanzas, y me refiero a información de tipo estándar, rutinaria, pero necesaria para tener mejor calidad de vida”.

En esa línea, Castañeda considera interesante que profesores universitarios del área de economía y finanzas dicten cursos a alumnos de educación media, abordando por ejemplo cómo administrar sus recursos y usarlos adecuadamente. “Hay que ver cómo logramos que la gente se eduque antes”, puntualiza el académico.

“En la medida que hay más información, las personas de alguna manera están conscientes de los costos del sobreendeudamiento, de los riesgos que esto genera, y para eso se requiere una educación financiera a una edad más temprana, y no solamente en la universidad”, profundiza.

Finalmente, el docente cree que un desafío futuro sería realizar investigaciones adicionales una vez que las bases de datos estén actualizadas, especialmente luego de la pandemia, y considerar ese nuevo factor.