Geólogos analizaron el origen de la “muralla china” ubicada en la Patagonia chilena

La investigación fue realizada por el Dr. Christian Salazar, director de la Escuela de Geología, junto con dos académicos de la U. Heidelberg de Alemania. El equipo detalló su composición y determinó que la particular estructura natural, cercana a Coyhaique, se formó en un entorno de agua fría y no cálida, como estaba establecido.



Uno de los lugares naturales más emblemáticos de la Patagonia chilena es la “muralla china” de Aysén, un macizo cercano a la ciudad de Coyhaique que se formó en el fondo de un mar poco profundo hace millones de años.

La gigantesca roca fue objeto de estudio de un equipo compuesto por el director de la Escuela de Geología U. Mayor, Dr. Christian Salazar, y los doctores alemanes Hermann Rivas y Wolfgang Stinnesbeck, ambos de la Universidad de Heidelberg de Alemania, quienes determinaron su morfología y entregaron diversos datos hasta ahora desconocidos.

La investigación, que se extendió por cuatro años y que cuenta con financiamiento Fondecyt, permitió detallar que la pared rocosa está formada por rocas calcáreas, que pertenecen al fondo de un mar poco profundo y que se depositaron durante el período Cretácico Temprano, hace aproximadamente 120 millones de años.

Estas rocas están compuestas por fósiles de distintos organismos crustáceos (especies que tiene caparazón compuesta por carbonato de calcio) como corales, almejas, langostas y cangrejos, entre otros, similares a un arrecife de coral.

“En ese tiempo se registraron eventos climatológicos en que hubo calentamiento y enfriamiento de las aguas, lo que fue determinando el tipo de especies que permanecieron y cuáles se fueron extinguiendo”, comenta el Dr. Salazar.

Junto con hacer un registro de las especies que formaron la construcción sólida de Aysén, los investigadores pudieron desarrollar con mayores detalles su hipótesis acerca de la temperatura del agua de la zona. “Inicialmente se había teorizado que la zona de la muralla china era un ambiente cálido, pero en nuestro estudio decimos que no era agua caliente sino que hubo enfriamientos al final del período jurásico que fueron determinados por el cambio climático y por las emisiones de gases de efecto invernadero provocados naturalmente”, dice Christian Salazar.

El académico agrega que estas conclusiones entregarán más información sobre cuáles han sido los efectos del calentamiento global en periodos anteriores y entregar pistas de consecuencias a futuro.

Junto con preguntarnos ¿qué pasó? o ¿qué tipo de vida había hace millones de años?, esos cambios en el clima nos ayudan a hacer una comparación a lo que está pasando hoy en día y proyectarnos hacia dónde vamos con el comportamiento de la Tierra, la flora y la fauna. Ya podemos ver que por el efecto del dióxido de carbono en la atmósfera se ha producido la disminución del 30% de la flora y fauna que existe en el mundo”.

Para leer la investigación publicada en el sitio Springer.com, ingrese AQUÍ