Arte e investigación// Académica U. Mayor estará a cargo de inédita muestra en el Museo Salvador Allende

Bajo la curaduría de Josefina de la Maza, perteneciente al Centro de Investigación en Artes y Humanidades, esta muestra exhibirá por primera vez la colección completa de arte textil que el MSSA posee. La inauguración será este sábado 30 de marzo.

 

Con La Moneda destruida, la Junta Militar comenzó a sesionar en el edificio de la UNCTAD, rebautizado por la dictadura como Diego Portales en diciembre de 1973. Y la colección de piezas de arte que poseía este edificio también fue cambiando: de las 35 obras originales,19 se encuentran desaparecidas hasta hoy.

Entre estas últimas, un tapiz de Paulina Brugnoli, artista que conserva sólo bocetos de esta obra y que serán exhibidos, por primera vez, en la muestra “Tejido social: Arte textil y compromiso político” a partir de este sábado 30 de marzo en el Museo de la Solidaridad Salvador Allende (MSSA).

La exposición cuenta con 70 piezas de arte textil que, basada en la colección del mismo museo y de otros acervos privados y públicos, cuenta con obras de artistas nacionales e internacionales, como Jean Lurçat, Roser Bru, Gracia Barrios, Ana María Rojas, Olga de Amaral, Marta Palau, Paulina Brugnoli, además de bordados realizados por mujeres de Isla Negra a comienzos de los `70 y molas realizadas por mujeres indígenas guna, donadas en 1976.

Esta inédita muestra, en que por primera vez se exhibe la colección completa de arte textil del MSSA, está a cargo de la académica Josefina de la Maza, del Centro de Investigación en Artes y Humanidades de la Universidad Mayor, quien fue contactada por el museo para realizar la curaduría, mientras investigó durante un año el tema.

 

  • Josefina, ¿en qué consistió este trabajo y cómo se vinculó a la curaduría que realizaste?

“Gracias a la adjudicación de un Fondart el año pasado, comencé, junto a una colega, a trabajar organizando todo el archivo de la artista Paulina Brugnoli, lo que nos llevó también a estudiar la historia que vincula a la Escuela de Artes Aplicada, el Museo de Arte Contemporáneo y la colección del MSSA. Considerando que la historia es interrumpida por el Golpe, estas obras nunca habían sido investigadas en su conjunto y presentadas de manera íntegra en una exposición, que en este caso explora 60 años de historia”.

 

  • Y en ese sentido, ¿qué piezas te parece que son más representativas de este vínculo entre política y arte textil?

“Partiría por el tapiz Janus, del surrealista francés Jean Lurçat. Esta obra es la que primera que llega al museo en 1972, cuando el Presidente Salvador Allende hace un llamado para que los artistas del mundo hagan donaciones como forma de apoyo al gobierno de la Unidad Popular. También los textiles de Gracia Barrios y de Roser Bru, sumados a los bocetos de la obra perdida de Paulina Brugnoli. Me detendría además en las molas y las arpilleras, pero especialmente en el tapiz de Ana María Ríos que tiene una historia maravillosa. Ella se encontraba exiliada en Varsovia (Polonia) y para el marco de este textil utiliza un motivo que remite al periodo barroco. Sin embargo, en el detalle del marco, se puede observar la imagen de una marcha chilena que fue distribuida por los exiliados como tarjeta de Año Nuevo. Esa misma serigrafía, sin que se enterase la artista, luego fue utilizada en una portada de Quilapayún”.

 

  • Finalmente, ¿qué conceptos destacarías sobre el resultado de tu trabajo curatorial?

“Se logró establecer una serie de conexiones que permiten dar cuenta de la trama humana lograda con la circulación de estas obras, todo mientras el museo se encontraba en el exilio. Así, aparecen dos conceptos claves que forman parte la curaduría: el de circulación y de escala. Lo vemos especialmente en el período de exilio del museo, cuando no tiene un lugar permanente donde realizar las exposiciones. Así, por ejemplo, obras que son donadas desde México y Colombia quedan guardadas por 10 años, hasta que logran ser incorporadas cuando la democracia se restablece en Chile y también el museo”.