Cantante, abogada y escritora: todas las facetas de Amara Vidal

En diciembre se titulará en el Conservatorio de Música, sumando una segunda carrera después de Derecho. Pero sus planes no acaban aquí, pues a sus 35 años la estudiante U. Mayor emprendió un nuevo camino y ya planea escribir un libro sobre su experiencia, pese a tener ceguera total. En la siguiente nota, además cuenta cómo pudo estudiar música en Braille, su paso por la Universidad y habla sobre su primera obra literaria que ya compitió en un evento internacional.


Fue en San Fernando (Región de O`Higgins), a los 12 años, cuando Amara Vidal comenzó a canalizar su gusto por la música. Era 1998 y junto a un grupo de músicos grabó el disco “Cómo te extraño”, el cual contuvo canciones inéditas y covers.

Desde entonces, su fascinación por el canto le ha dado incluso la oportunidad de participar en televisión, en el programa “Rojo Fama contra Fama”, y diversos festivales de la voz a nivel nacional.

Es que a pesar de presentar una ceguera total en la actualidad, Amara cuenta que “nunca” se cansa “de perseguir nuevos desafíos y anhelos”. Así, luego de egresar del colegio decidió estudiar Derecho en la Universidad La República, titulándose en 2018.

Pero su pasión por la música fue más grande y la llevó a escoger una segunda carrera. Esta vez fue Interpretación Musical en el Conservatorio de Música de la Universidad Mayor, donde está a la espera de titularse en diciembre.

Apoyo extranjero

“Aquí en la U. Mayor pude encontrar, por fin, un lugar donde estudiar, ya que en todas las universidades e institutos en los que golpeé puertas me decían que no contaban con las herramientas para que yo pudiera ingresar”, relata Amara, quien confiesa que la dificultad más grande la tuvo en los ramos de armonía y teoría, en los que se requería leer música.

“Eso se solucionó gracias al apoyo de la docente y pianista argentina Lourdes Castiñeira, quien presta servicios a todas las personas ciegas de América y que consistía en imprimir el material o dictarlo, como hacía conmigo. Pasamos muchas tardes, incluso de domingos, transcribiendo. Ella preparaba el material con su asistente, lo imprimía en Braille y luego me lo dictaba a mí y yo lo escribía en Braille con mi máquina”, detalla.

De su paso por la Universidad, la estudiante también destaca que ha podido adentrarse en el idioma inglés. “El Núcleo de Idiomas me brindó la posibilidad de una tutoría que me permitió estudiar con la profesora Consuelo Monsalve, de quien estaré eternamente agradecida por lo mucho que aprendí”, dice.

Incursión literaria

Y como en toda su vida, luego de completar un desafío, Amara ya trazó el próximo: desarrollar su talento literario.

De esta forma, su primera obra fue el texto “Comparto tu vida, comparto mi vida”, un mini-libro de 10 páginas con el que participó en el “Tercer Certamen Tifloletras Guatemala 2021”, y donde cuenta de manera anecdótica las diferentes situaciones que tienen que afrontar a lo largo de la vida las personas ciegas.

“Hasta ahora no he leído algún texto que aborde la ceguera desde un punto de vista más positivo y que también le enseñe a la gente que pese a que no vemos, no somos personas venidas de otra galaxia”, explica, y agradece la colaboración de Cintia Montenegro, encargada de la Unidad de Apoyo Estudiantil U. Mayor.

“Yo escribí y ella me ayudó con cosas como, por ejemplo, la numeración de las páginas y el interlineado”, confiesa.

Sobre su futuro, Amara asegura que tras titularse comenzará a grabar las canciones que ha ido componiendo y paralelamente incursionará en el Derecho de Familia y Migratorio.

En el mundo de la escritura, dice que su objetivo escribir un libro para eliminar el “encasillamiento” en el que deben convivir las personas ciegas. “La gente piensa que las personas ciegas por el hecho de serlo somos iguales entre sí, y yo ejemplifiqué diciendo ¿acaso toda la gente morena es igual entre sí? ¿Los rubios se comportan de la misma manera?, lo único que compartimos es la ceguera”, plantea

“También me gustaría escribir un libro contando mi historia de vida, ya que a mis 35 años tengo mucho que contar. Y, además, siempre pienso en la posibilidad de poder aportar un pequeño granito de arena a la sociedad”, cierra diciendo la estudiante U. Mayor.