Alimentación//Nutricionista desmenuza las dietas “de moda” y sus efectos en pacientes con cáncer

La académica de la U. Mayor, Paula Von Geldern participó en el 2° Simposio de Nutrición que organizó nuestra institución.

 

Elegir los alimentos que comemos puede no ser una tarea fácil, y si a eso sumamos alguna enfermedad que nos afecte, la decisión se hace aún más compleja.

Por eso, y dada toda la información (a veces contradictoria) que se puede encontrar en Internet, la nutricionista y académica de la Universidad Mayor Paula Von Geldern aprovechó el 2° Simposio Internacional de Nutrición -que llevó a cabo esta casa de estudios- para ofrecer una charla en la que desmenuzó cuatro dietas “de moda” y sus eventuales efectos en pacientes con cáncer.

“Hoy existe una tendencia en redes sociales, donde cualquier persona entrega consejos de alimentación, no siempre con los conocimientos científicos necesarios”, advierte la profesora Von Geldern, quien agrega que “en oncología existen ciertas dietas de moda, que sin tener ningún grado de evidencia científica se promocionan como dietas que ‘curan la enfermedad’, siendo este mensaje muy peligroso, por el riesgo de que el paciente decida optar por alguna ‘dieta’ en vez del tratamiento convencional”.

Dieta alcalina

La primera dieta que la docente analizó fue la dieta alcalina, un régimen que excluye los alimentos ácidos, entre ellos lácteos, arroz, pastas blancas, harinas refinadas y sus derivados, bebidas gaseosas, azúcar en todas sus variedades y carnes rojas.

La nutricionista dijo que esta dieta se basa en la hipótesis de que “los alimentos modifican el pH del organismo y esto sería beneficioso, en el caso de los alimentos que alcalinizan el medio, ya que así se podría provocar la destrucción de las células tumorales”.

Sin embargo, Von Geldern indicó que una revisión sistémica realizada en 2016 llegó a la conclusión de que el organismo regula fuertemente el pH sistémico y que la elección de los alimentos solo afectará el pH de la orina y no la acidez del organismo.

No obstante, afirmó que “es posible que algunos de los alimentos que fomenta esta dieta tengan efectos protectores contra el cáncer, no a través de sus cualidades de acidez/alcalino, sino más bien debido a los compuestos de los nutrientes”.

Vegetarianismo y veganismo

Por otro lado, la especialista recordó que la FAO y la OMS recomiendan a los hogares seleccionar principalmente dietas basadas en una variedad de vegetales, frutas, legumbres y alimentos con almidón mínimamente procesados. Esto, porque hay evidencia consistente de que tales dietas evitarán o retrasarán una proporción significativa de las enfermedades crónicas no transmisibles.

Pese a ello, dichas organizaciones remarcan que “no se deben excluir pequeñas cantidades de alimentos de origen animal, que hacen una importante contribución nutricional a la alimentación basada en plantas”.

Al respecto, la experta de la U. Mayor sostuvo que “existe evidencia científica que asocia estos patrones de alimentación con un menor riesgo de padecer algunas enfermedades como enfermedad isquémica, enfermedad diverticular, catarata, hipertensión, litiasis renal y algunos tipos de cáncer, posiblemente porque estos patrones alimentarios incluyen mayor ingesta de fibra y ácidos grasos poliinsaturados”.

Dieta cetogénica

Finalmente, la académica hizo una revisión de la dieta cetogénica, un método alto en grasas y bajo en hidratos de carbono. “Su concepto es lograr disminuir el aporte de hidratos de carbono para así favorecer la formación de cuerpos cetónicos”, explicó.

Además, Von Geldern comentó que “esta dieta se propone como una terapia más contra el cáncer, ya que la evidencia científica señala que se reducen los niveles circulantes de glucosa y se induce cetosis, de manera que las células cancerosas no obtengan energía, mientras que las células normales adaptan su metabolismo para usar cuerpos cetónicos y sobrevivir”.

Sin embargo, enfatizó que la aplicación clínica de la dieta cetógenica como una terapia adyuvante para pacientes con cáncer “requiere que sea evaluada por su efecto antitumoral para cada tipo o subtipo genético de cáncer en un entorno preclínico, ya que la seguridad y eficacia de esta depende del tumor y su genotipo”.

Es más, la profesional subrayó que “no existe una dieta particular que el paciente oncológico deba seguir. Es importante no demonizar los alimentos, ya que consumidos en las cantidades recomendadas, y como parte de una alimentación saludable, estos no empeorarán la enfermedad”.

“Cada paciente es único, se deben respetar sus creencias, pero también informar sobre los riesgos y beneficios que conlleva el seguir una determinada dieta”, añadió.

En ese sentido, consideró que la mejor dieta para el paciente con cáncer es una que cumpla con ser segura, suficiente, equilibrada, sostenible, agradable y práctica.

 

Revisa aquí imágenes del 2° Simposio Internacional de Nutrición (Sinut).