Inédita encuesta visibilizó la distribución del tiempo, el bienestar y la satisfacción de la población LGBTQIANB+ en Chile

Entre los resultados de la medición – realizada por investigadores de la U. Mayor, Red Diversa y la asociación OTD Chile– se observó que un tercio de los encuestados se definió como no binario, y que este grupo es el que menos satisfecho está con su expresión de género. Además, se comprobó que tanto las mujeres cis como trans son las que hacen más trabajo doméstico y de cuidado no remunerado.


Investigadores de la Universidad Mayor, junto a la Red Nacional de Municipalidades con Oficinas de Diversidad, Inclusión y No Discriminación (Red Diversa) y la asociación OTD Chile, entregaron los resultados de la encuesta sobre Uso del Tiempo y Bienestar entre la población LGBTQIANB+ en Chile, que permitió visibilizar y caracterizar por primera vez a este grupo en su distribución de tiempos y satisfacción.

La actividad se realizó el pasado 7 de septiembre en el auditorio del campus Manuel Montt, hasta donde llegó la seremi metropolitana de la Mujer, Ana Martínez; la directora del Fosis, Silvia Ferrada; la directora de Prodemu, Marcela Sandoval; la directora del Injuv, Renata Santander, y representantes de municipios.

La medición se aplicó entre noviembre de 2021 y mayo de 2022 a 600 personas a nivel nacional, tanto de zonas urbanas como rurales. Dentro de la identidad de género, el 60% de los encuestados se identificó con el género asignado al nacer: 35% cis femenina y 25% cis masculina; en tanto, un tercio de la muestra se definió como no binario o de género fluido, lo que demuestra que existe una diversidad de géneros, más allá del binarismo hombre/mujer. En tema de orientación sexual, un 28,5% es gay y un 25,2% es bisexual.

Los encargados de la encuesta quisieron comprobar si los roles de género se replicaban en las comunidades LGBTQIANB+; es decir, si las identidades masculinas, sean trans o cis, no hacían el trabajo doméstico no remunerado. Los resultados mostraron que son las mujeres cis y trans las que siguen haciendo trabajo doméstico y de cuidado no remunerado.

“El trabajo de cuidado, independiente de si es en una comunidad LGBTQIANB+ o hetero-cis, sigue siendo feminizado y eso sigue siendo un mal resultado. Pero a su vez, es bueno que lo hayamos encontrado, porque estamos confirmando lo que podría ser el sentido común de lo que está pasando en una cultura patriarcal y hetero-normada como la nuestra”, dijo el Dr. Jorge Rosales-Salas, académico del Centro de Economía y Políticas Sociales de la U. Mayor y quien lideró el estudio.

La mayoría de las personas que se identificaron como empleadores eran cis masculinos. Aquellos con mayores ingresos se identificaron como hombres cis, mientras las personas trans eran las que tenían menos ingresos.

La gente no binaria o de género fluido es la que menos está satisfecha con su expresión de género. Al contrario, la categoría cis femenina es la con más satisfacción con expresión de género.

Respecto al trabajo, aquellos que se identifican como cis femenina son los más insatisfechos, mientras la categoría cis masculina es la que tiene más satisfacción con esta área. Esto se replica tanto con el tiempo libre y la situación económica.

El Dr. Rosales-Salas espera que estos resultados se tomen como un primer paso para generar insumos que alimenten el Sistema Nacional de Cuidados y permitan la creación de una mejor Encuesta Nacional de Uso de Tiempo, a la vez que se formalice en una política pública y sea aplicada con periodicidad.