Conoce el proyecto ganador del Concurso de la Escuela de Arquitectura 2021 y cómo se prepara para la construcción de su idea

Por tercer año consecutivo la competencia brinda la oportunidad de materializar la propuesta del equipo que obtiene el primer lugar. Esta vez el desafío era crear un Habitáculo de Montaña en “El Alfalfal”, ubicado en el cajón del Maipo, proyecto que ya afina los detalles para su edificación.


La versión número 23 del Concurso de la Escuela de Arquitectura de la Universidad Mayor llegó a su fin con un nuevo y destacado proyecto ganador.

El desafío que tuvieron este año los estudiantes de primero a quinto año de la carrera fue idear un Habitáculo de Montaña para ser instalado en el sector de “El Alfalfal”, ubicado en el cajón del Maipo, comuna de San José de Maipo (RM): un terreno que pertenece a la Corporación de Turismo Ecuestre Los Arrieros del Cajón del Maipo, y que fue entregado a comodato para su desarrollo turístico.

Los jóvenes se reunieron en 30 equipos de aproximadamente 10 estudiantes cada uno, con miembros pertenecientes a distintos años de la carrera. 10 profesores -cada uno a cargo de tres equipos-, tuvieron la misión de apoyarlos en este proceso, que entrega al ganador la gran oportunidad de construir su proyecto, lo que se realiza por tercer año consecutivo.

“La edición de este año fue súper interesante, con un muy buen nivel de proyectos y con distintas miradas de cómo plantearse en este territorio”, comenta Gerardo Valle, académico y uno de los dos directores del concurso, junto a Sebastián Navarrete.

“Y como tenían la idea presente de que esto se va a construir, había un matiz bien profesional. Es decir, no solo era un concurso de ideas, sino que esto se tenía que materializar, tiene un pie de realidad, y los proyectos alcanzaron ese desarrollo en lo que igual era un concurso de un tiempo bastante acotado”, añade, considerando las dos semanas en que se llevó a cabo el concurso.

El ganador

Tras dos días de discusión entre los miembros del jurado -entre ellos Jorge Hoehmann, director de la Escuela de Arquitectura de la U. Mayor-, y después de una preselección, se determinó al equipo ganador, más el segundo y tercer lugar, dos menciones honrosas y una mención especial entregada por la Corporación de Turismo Ecuestre Los Arrieros del Cajón del Maipo, que también tenían representación en el jurado.

“El proyecto ganador tenía una cosa con la que los arrieros se sintieron muy identificados, que tenía que ver con los refugios típicos de ellos que se llaman 'rucos', y ese concepto fue una de las cosas que a ellos les tocó mucho. Se sintieron representados con el proyecto”, resalta Valle.

Javiera Navarrete, alumna de 5° año y parte del grupo ganador, cuenta: “Como la idea era crear un refugio, buscamos mucho la idea de la cueva, un lugar donde quieres refugiarte, algo más ermitaño. Por eso el proyecto en sí es bien hermético, porque busca esa sensación de que estás protegido. Y ahora lo estamos llevando al concepto del ‘ruco’, en eso estamos trabajando para que ese concepto sea evidente en la forma del proyecto”.

La estudiante cuenta que, si bien el proyecto partió de un modo muy diferente, terminaron por elaborar una idea que rápidamente llamó la atención. “Empezamos a armar la maqueta, y cuando la profesora Virginia Arnet (su guía) la vio nos dijo ‘si logran desarrollar esta idea, los daría por ganadores’”, revela Navarrete, aunque el grupo no creía lo mismo.

Fue por eso que recibieron con gran sorpresa el primer lugar del concurso. “No me esperaba en absoluto poder ganar. No lo podía creer, porque en este concurso hay que construir la propuesta, y para mí es una súper mega oportunidad, porque aún sin ser arquitecto vas a tener un proyecto que pudiste elaborar tu”, rescata la estudiante.

La construcción

Actualmente el equipo ganador, junto a sus profesores guía y los directores del concurso, trabajan en conjunto para la materialización de la propuesta, lo que incluye desde afinar los detalles del habitáculo hasta sostener reuniones con la misma municipalidad de San José de Maipo, que también apoya el proyecto.

“También la Corporación está levantando fondos, y tienen ya algunos comprometidos. La idea ahora no es solo desarrollar el habitáculo, sino también otros ítems como el acceso, bebederos para los caballos, entre otras cosas. Se va a trabajar durante todo este semestre para entregar un proyecto que se pueda llegar y construir lo más completo posible, para poder licitarlo y que se haga”, añade Valle.

Frente al resultado y trayectoria del concurso, el académico profundiza: “Este es el tercer año que estamos haciendo propuestas que se puedan materializar y construir, y que se entreguen a alguna comunidad, en una vinculación con el medio. En versiones anteriores se hacía algunas instalaciones, u obras que duraban determinado tiempo. Ahora la idea es trascender. A su vez, que los alumnos tengan una experiencia de construir, cosa que también es bien única dentro del periodo universitario, y además aprender a trabajar con instituciones, así que el concurso tiene una integración de las distintas áreas que son importante para el desarrollo de un arquitecto”.