Ambicioso proyecto para recuperar áreas erosionadas por la ganadería en el Santuario de la Naturaleza Los Nogales

La iniciativa, que surge a partir de un requerimiento de Plan de Manejo desarrollado entre Anglo American y WCS (Wildlife Conservation Society) y ejecutado por un equipo de la Universidad Mayor, busca crear una metodología que permita controlar pasivamente la erosión de la vegetación y el suelo, aprovechando el poder de la naturaleza para contrarrestar la acción humana.


Desde hace tres años, académicos del Centro de Observación de la Tierra Hémera y la Escuela de Ingeniería Forestal de la Universidad Mayor, se encuentran ejecutando el proyecto "Piloto de Exclusión de Ganadería de Ecosistemas del Santuario de la Naturaleza Los Nogales". El proyecto busca aplicar las definiciones previamente establecidas en el Plan de Manejo sobre los mecanismos y tiempos de respuesta que permitan implementar la restauración pasiva para abordar la degradación de este ecosistema.

El Santuario de la Naturaleza Los Nogales, que abarca 11.025 hectáreas en la comuna de Lo Barnechea, en la Región Metropolitana, y alberga diversas especies nativas de flora y fauna, las cuales se ven impactadas por la actividad del pastoreo, práctica tradicional en esta zona montañosa.

El enfoque del proyecto se basa en la restauración pasiva, que consiste en permitir que el ecosistema se recupere por sí mismo, reduciendo o anulando las presiones que lo degradan.

Para ello los investigadores han establecido 18 parcelas de muestreo, localizado en la zona más alta y en el matorral en la zona intermedia. Allí, se monitorea cómo se regenera la vegetación cuando no es intervenida por el ganado, permitiendo definir la capacidad de carga sustentable, es decir, el número máximo de animales que puede soportar el lugar para que se puedan alimentar, según sus necesidades diarias.

Waldo Pérez, director del Centro Hémera, explica que el levantamiento de datos se realiza usando técnicas de teledetección con drones multiespectrales. “En ciertas épocas del año tomamos imágenes de las parcelas, tanto del bofedal como del matorral, y aplicamos técnicas que nos permiten determinar el estado de vigor de la vegetación para hacer comparaciones de una temporada a otra”, indica el académico.

 

Relaciones con la comunidad

La ganadería en el área ha sido tradicionalmente trashumante, con movimientos estacionales de los animales entre la parte alta y baja de la montaña. Los investigadores han trabajado en conjunto con los ganaderos locales para comprender cómo esta actividad puede ser gestionada de manera sostenible, respetando la cultura y tradiciones locales y buscando conservar el ecosistema.

Leonardo Durán, académico de la Escuela de Ingeniería Forestal de la U. Mayor, dice que “los ganaderos entienden que el sistema no se comporta igual que hace 10, 20 o 30 años, por lo tanto, son actores relevantes en cómo van gestionando su ganado para que la carga sea coherente con la capacidad del sistema y que aquello no perjudique su actividad”.

El académico agrega que “no podemos pensar en la ganadería como un enemigo, tenemos que pensar en qué medida somos capaces desde la academia de poder entregar insumos para que esa actividad que está arraigada en las comunidades se mantenga porque forma parte no solamente de su cultura, sino que en algunos casos también de su economía”. 

Con este proyecto, se espera obtener información relevante para el desarrollo de estrategias de conservación y restauración a largo plazo en el Santuario de la Naturaleza Los Nogales, preservando su biodiversidad y garantizando la coexistencia armoniosa entre la ganadería sustentable y la protección del medio ambiente.

Alejandro Tamayo, especialista de Riesgos Climáticos de la Gerencia de Biodiversidad y Cambio Climático de Anglo American, agrega que “los resultados del estudio han permitido que las comunidades vecinas, continúen desarrollando la tradicional actividad de veranadas en un adecuado equilibrio con el medio ambiente, en un área tan importante para la conservación y preservación de la biodiversidad de la Región Metropolitana de Santiago, como es el Santuario de la Naturaleza Los Nogales”.

“En Anglo American estamos re-imaginando la minería para mejorar la vida de las personas, y este caso de estudio que estamos desarrollando con el Centro Hémera de la Universidad Mayor, es un claro ejemplo de que la colaboración continua entre el mundo científico y el mundo productivo nos permitirá alcanzar este objetivo”, afirma el profesional.

Estudiantes comprometidos

El proyecto también ha involucrado a estudiantes de Ingeniería Forestal de la U. Mayor, quienes han colaborado en el levantamiento de datos en terreno, el procesamiento de material en laboratorio y el análisis.

Fernanda Rojas, quien cursa tercer año de la carrera, afirma que la experiencia ha sido una oportunidad valiosa para adquirir importantes conocimientos sobre la protección de ecosistemas amenazados.

“Considero que nuestra participación en proyectos enfocados en la restauración ecológica resulta fundamental para mejorar nuestras habilidades y competencias en el campo. Contribuir en iniciativas de esta índole nos brinda una valiosa experiencia práctica y nos permite ser agentes de cambio en el avance de investigaciones importantes”, comenta.

Un caso exitoso

La iniciativa es un ejemplo exitoso de colaboración universidad-empresa que se suma a otros proyectos que mantiene el Centro Hémera U. Mayor con organismos internacionales como la FAO y el sector público, incluido CONAF y la SEREMI de Medio Ambiente de la Región de O'Higgins.

“Creo que la ventaja que tenemos es que, a todos los proyectos, independiente del área ya sea forestal, agrícola, minera, u otra, siempre incorporamos la componente de teledetección, es decir, la utilización de imágenes obtenidas de sensores de alta y baja resolución es nuestro sello diferenciador”, finaliza diciendo Waldo Pérez.