Ciencia // Investigador alertó sobre la relación entre una mala salud bucal y el deterioro cognitivo en las personas mayores

El Dr. Rodrigo Giacaman, parte del Grupo de Investigación en Odontogeriatría de la Escuela de Odontología de la Universidad de Talca, aseguró que “la pérdida de dientes trae consigo cambios en la dieta, en la flora bacteriana intestinal y de indicadores a nivel cerebral”, lo que se ha asociado con el desarrollo de enfermedades como Parkinson y Alzheimer.

 

El Dr. Rodrigo Giacaman, parte del Grupo de Investigación en Odontogeriatría de la Escuela de Odontología de la Universidad de Talca, alertó sobre una mala salud bucal y el deterioro cognitivo en las personas mayores y la aparición de alteraciones como el Parkinson y el Alzheimer.

“Cuando uno tiene todos los dientes, en estado funcional y puede masticar los alimentos, esa posibilidad funcional garantiza salud en otros lugares del cuerpo distintos a la boca”, dijo durante su exposición en la charla organizada por el Centro de Gerociencia, Salud Mental y Metabolismo (GERO).

El cirujano dentista explicó que “hay una relación entre lo que comes y cómo se comporta la microbiota intestinal. Por lo tanto, si no puedes comer una dieta rica y balanceada por la pérdida de dientes, vas a cambiar tu dieta, vas a cambiar tu flora y vas a cambiar tus indicadores a nivel cerebral".

El experto sostuvo además que cuando existe pérdida de dientes o éstos están enfermos se puede desarrollar sarcopenia. “Cuando pierdes masa muscular estás más propenso a caídas, fracturas y otros problemas”, dijo.

Según Giacaman, “la salud bucal pareciera ser en el adulto mayor un tema de alta relevancia y poco explorado en investigación. Descubrimos que hay poca investigación respecto de lo que pasa con las personas mayores cuando conservan sus dientes, porque hace poco tiempo atrás las personas mayores no tenían dientes, entonces como ha cambiado el perfil epidemiológico y la gente conserva más dientes y tiene expectativas de salud mayores, hay más dientes en la boca y también más enfermedades que antes no se veían”.

La prevención: cambio de hábitos

El investigador comentó que para prevenir las enfermedades bucales en el adulto mayor se debe concientizar desde la niñez de modo de preservar el “capital biológico”, es decir, mantener la funcionalidad de la boca hasta la adultez.

“La caries se considera una enfermedad de los hábitos y costumbres de las personas, más que una enfermedad biológica, no es una infección, es un desbalance y, por lo tanto, la solución es cambiar los hábitos de las personas, hacer una dieta más saludable y no cargada de azúcar, lo que en el día de hoy es muy difícil”.

De allí que las políticas públicas deben apuntar en esa línea. En ese sentido, el investigador comentó que el grupo de la Universidad de Talca asesoró al Ministerio de Salud respecto a las guías clínicas lanzadas recientemente, donde la primera recomendación para los niños de 0 a 5 años es la entrevista motivacional, es decir, incentivar a la gente para que cambie sus hábitos y tenga una salud adecuada.

El Prof. Giacaman sostuvo que una vez que se instala la enfermedad se usan terapias mínimamente invasivas, de preferencia no invasivas. “Las lesiones se inactivan, no avanzan, no le va a causar dolor no hay pérdida del diente. Lo maravilloso es que no necesitamos dentistas para eso, podemos hacerlo en las casas de los pacientes con visitas domiciliarias”, destacó.

El papel del azúcar

Giacaman alertó sobre el rol del azúcar en las caries, que a su vez son la principal causa de la pérdida de los dientes.

“Hoy entendemos que el azúcar es el factor clave en la causa de las lesiones de caries y aun así hay gente que se resiste, porque cuesta hacer cambios culturales. Si no hay azúcar, las bacterias no son capaces de producir ácido y mueren y se desbalancean y se inclinan hacia bacterias que son muy protectoras cuando hay poca azúcar en la boca. Siempre hay azúcar en cantidades bajas, pero cuando hay mucha, estas bacterias que son capaces de nutrirse de azúcares proliferan, producen ácidos y empiezan a excluir a las bacterias que son positivas para la salud. Lo mismo pasa en el intestino, entonces hay un predominio de ciertas especies que son más patogénicas cuando tienes una constante exposición al azúcar”, afirmó.