¿Conoces al degu?: Centro GEMA impulsa investigaciones usando como modelo a este roedor endémico de Chile

Esta especie por décadas ha fascinado a investigadores de distintas disciplinas debido a que es un modelo natural para el estudio de enfermedades neurodegenerativas asociadas al envejecimiento. Por ello, en los últimos años la U. Mayor busca aglutinar capacidades en Chile y el mundo para potenciar el trabajo de campo y de laboratorio con este roedor.


El Octodon degus o degu es un roedor endémico de Chile, que habita entre las regiones de Atacama y O´Higgins, y hace décadas se convirtió en una especie clave para el trabajo de investigadores en todo el mundo.

¿La razón? El degu espontáneamente desarrolla enfermedades similares a las de los seres humanos.

Junto a ello, es un animal altamente social, por lo que el Centro de Genómica, Ecología y Medioambiente GEMA de la Universidad Mayor está impulsando un hub interdisciplinario de investigación usando a este roedor como modelo de estudio.

A través de esta iniciativa se han logrado articular colaboraciones académicas que han conducido a importantes hallazgos para el estudio de enfermedades neurodegenerativas asociadas a la edad, la conducta social y la medicina traslacional.

“El degu emula muy bien las enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer, por lo tanto se vuelve tremendamente valioso para el estudio de ellas. Además, posee una muy interesante estrategia de cuidado parental. Las hembras forman grupos junto con los machos, pero cuidan la progenie que no necesariamente es propia, sino que compartida”, explica el Dr. Sebastián Abades, Director del Centro GEMA.

“Este roedor – agrega el investigador – es un animal muy complejo, no es un animal que responda de manera unidireccional a un factor ambiental, tiene una complejidad tremenda en el funcionamiento de sus poblaciones”.

Abades también detalla que la Universidad avanza en un acuerdo con la Universidad Católica, que posee el único bioterio autorizado en Chile para mantener y reproducir especímenes, a través del cual sus investigadores y estudiantes podrían acceder a dicha infraestructura para el estudio del degu en cautiverio.

Pilar de múltiples conexiones

La complejidad del degu como modelo animal ha permitido al GEMA embarcarse en investigaciones de frontera junto a científicos como el Dr. Francisco Bozinovic y el Dr. Nibaldo Inestrosa, ambos Premio Nacional de Ciencias Naturales.

Uno de los aportes más importantes de estas investigaciones, cuenta la Dra. Daniela S. Rivera, investigadora del Centro GEMA quien lidero estos estudios, ha sido determinar los efectos del aislamiento social a largo plazo en diferentes áreas del cerebro, el rendimiento cognitivo y la afiliación social.

“La resocialización juega un papel importante como amortiguador de las situaciones estresantes, pudiendo restaurar las alteraciones conductuales, pero no es suficiente para revertir los cambios moleculares a nivel cerebral. Estos resultados proporcionan una visión integral de los efectos del estrés social y sus consecuencias en animales sociales y sirve de guía para futuros estudios sobre el impacto de la resocialización en los seres humanos”, destaca la Dra. Rivera, quien también es investigadora responsable de un FONDECYT de Iniciación cuyo objetivo es evaluar el rol que tienen los microorganismos que habitan en el intestino con la conducta y la eficiencia digestiva del degus, y cómo esta interacción varía bajo diferentes condiciones de estrés.

Crédito:

Animales sociales

Otra colaboración es la que desarrollan el Dr. Abades y la Dra. Loreto Correa, coordinadora de investigación y académica de Medicina Veterinaria en la U. Mayor, junto con el Dr. Luis Ebensberger, uno de los pioneros en Latinoamérica en el estudio del comportamiento social del degu, y que ha generado diversas publicaciones sobre cómo estos animales se benefician por vivir en grupo y de qué manera compensan los varios costos y desafíos asociados a un ambiente social inestable.

El Dr. Abades describe que el rol de las hembras en los grupos de degu es muy importante. “Están las hembras masculinizadas que tienen un fenotipo que uno podría pensar que es más parecido al de un macho, las que tendrían un rol clave en el cuidado comunal de crías”.

“El éxito relativo de un grupo u otro depende de las condiciones del ambiente, cuando son años malos, con mala alimentación, mal tiempo, en general la estrategia de las hembras masculinizadas es la que favorece. Cuando las condiciones medioambientales son buenas, ese fenotipo no es tan requerido, cada uno se las arregla por si solo y ahí las hembras feminizadas cobran mayor participación. Hay distintos matices de personalidades y formas de funcionar que son contexto dependiente”, explica el investigador.

Red internacional

Los avances desarrollados por el Centro GEMA han llevado a la U. Mayor a formar parte del grupo de universidades que integran, a través de la colaboración con la Universidad de Tennessee y la Universidad Adelphi, el programa IRES (International Research Experience for Students) de la National Science Foundation de Estados Unidos.

“En esta colaboración se explora cómo el cuidado comunal en estos roedores puede mitigar el costo fisiológico de las madres y las crías cuando las condiciones ambientales son adversas”, explica el Dr. Abades, quien detalla que mediante esta iniciativa académicos de la U. Mayor capacitan a estudiantes de pre y postgrado de las universidades norteamericanas en modelamiento de datos para poblaciones de degu.

Además, el Centro GEMA recibirá periódicamente estudiantes de estas universidades que vendrán a Chile para realizar pasantías de investigación.

El Dr. Abades reconoce que el conocimiento desarrollado en el degu como modelo de estudio “nos posiciona en un rol privilegiado de apoyar a otras universidades” y concluye que “el animal se nos ha presentado como un pilar de múltiples conexiones, lo que es muy valioso para ordenarse en torno a las ideas que ofrece el sistema, haciéndolo mucho más robusto y convirtiéndolo en un objeto de interés a largo plazo”.

 

Crédito fotos: Dra. Daniela S. Rivera.